El Real Madrid venció al Herbalife Gran Canaria por 81-85 en la final de la octogésima edición de la Copa del Rey, que se jugó en el Coliseum de La Coruña, con lo que logra su vigésimo sexto título, el tercero consecutivo.
Los madridistas sufrieron mucho más de lo esperado ante un Gran Canaria, que pese a ir casi siempre por debajo en el marcador se aferró al partido y a la final con todas sus fuerzas y todos sus recursos, aunque al final cayó ante el mayor peso específico de los campeones en los tres últimos años.