El Unicaja se encuentra consigo mismo (78-91)

Ganó el Unicaja al Cedevita en Zagreb por 78-91. Y la verdad es que se pareció a sí mismo, al Unicaja que emocionó al Carpena y le llevó a pensar que por qué no iba a ser este su año. Es un comienzo este triunfo de Euroliga que a efectos prácticos no va a servir de mucho, pero que puede ser el ansiado punto de partida para recuperar el pulso en la Liga Endesa. Además, el equipo ha dejado ver gracias al segundo partidazo de Cooley (coincidente con la salida de Hendrix) que igual lo que necesita es un ala-pívot más que un center.

Le costó entrar en el partido al Unicaja. Desajustado y algo impreciso ante un Cedevita bien plantado. Pero pasados unos minutos, le puso intensidad y orden y comenzó a encontrar frutos. Además, Fran y Nedovic comenzaron a anotar y lograron llevarse un primer cuarto en el que Cedevita no había fallado ni un solo tiro (23-25).
Con la misma cara que concluyó el primer periodo se inició el siguiente, con Nedovic picado. Empezaba el Unicaja a irse de cuatro, cinco, seis... Ahora era Cooley el que parecía querer el cetro anotador, forzando además una antideportiva a la que se sumó una técnica al banquillo croata. El rocoso pívot primero y Thomas después cerraron la primera parte con un 42-48 a favor de los de Plaza, que destacaron estadísticamente en el tiro exterior (7/12).
No estaba claro si eso sería un mero espejismo como ante el Barcelona y era una especie de catarsis baloncestística. Pero había una voluntad distinta en la atmósfera cajista, donde el espíritu de Cooley y Thomas se contagiaba, donde Nedovic quería matar el debate del patinete, donde todos querían sumar. Por fin el Unicaja se pareció al Unicaja. 54-65 para cerrar el tercer cuarto.
Todo iba encaminado, al Cedevita se le veían las costuras y el Unicaja lo aprovechó también para correr a menudo. Y comenzó también a pedir algo de protagonismo Kuzminskas, desdibujado en la primera parte y que terminó con dobles dígitos el partidos. De hecho, con rentas que rondaban los 15 puntos de ventaja, el equipo de Plaza jugó muy suelto, como en esos partidos de comienzo de curso en los que sabía que ganaría. Hasta seis jugadores estuvieron por encima de los diez puntos, algo que hacía mucho, pero mucho, que no sucedía.