El Unicaja humilla al Labora Kutxa en su cancha. Y lo hizo como un martillo pilón, siendo serio jugada a jugada, siendo un bloque ordenado y solidario, que ya es más de lo que se puede decir del equipo de Plaza durante este curso. 56-83, pero llegó a estar rondando los 40 de ventaja. Además, ya no es por tratarse de un rival histórico, es que en el Buesa Arena no había ganado prácticamente nadie.
Brilló sobre todos los demás Will Thomas, pero más allá del festival del cuatro de Baltimore, lo importante fue ver a un equipo comprometido y con carácter. Cooley sigue siendo una pieza clave y ayudó a dejar a Bourousis (el mejor jugador de Europa en cifras) sin anotar. Como dijo algún erudito en la materia "hasta Nelson parece buen base". Dicho todo.
Comenzó serio el Unicaja en el Buesa Arena, sabiendo lo que no quería permitir a Baskonia y lo que serían inevitables daños colaterales. Perdió el primer cuarto (21-19) porque el rival anotó cuatro triples y los jugadores de Plaza fallaron tres tiros libres consecutivos y dos triples. Asomaban ciertas costuras, pero estaba en el partido, tratando de dominar el rebote y anulando casi por completo a los pívots baskonistas.
Siguió el camino de la defensa y, aunque no conseguía anotar con facilidad, sí pudo el Unicaja arrancar el segundo periodo con un 0-9 de parcial y con un Laboral Kutxa que se pasó más de cuatro minutos sin anotar (21-28). El rebote fue fundamental en ambas canastas y ahí tuvo mucho que ver el peleón Cooley, que le da un punto más de intensidad al equipo (siete capturas para él en la primera mitad). Sólo Hanga parecía estar enchufado entre los soldados de Perasovic (anotó 13 de los 29 puntos de los suyos).
El Unicaja tenía 20 minutos para ganar en una cancha donde sólo dos equipos lo han logrado esta temporada y arrancando con nueve puntos de ventaja (29-38). Pero el equipo lo volvió a hacer. Thomas entró como un rayo y ayudado por Suárez firmaron un parcial de 0-8. No era un espejismo. Era tendencia. Todos aportaban, todos se fajaban. Y casi todos anotaban. Si en el segundo cuarto dejó a Baskonia en 8 puntos, en el tercero fue en 10 para un 39-64 que parecía definitivo.
El último cuarto ya fue para disfrute de algunos jugadores, especialmente de Will Thomas, dominador absoluto del partido en la anotación. Hasta llegó a poner un tapón en el perímetro, coger al balón y terminar la jugada con mate al contragolpe. Y es que el Unicaja tuvo hasta 35 puntos de ventaja (46-81). Ni en el mejor de los casos el más optimista habría dibujado un partido así.
Gran partido!!!, este es el camino!!!