El Movistar Estudiantes se enfrenta al Unicaja en Madrid en la primera de las ocho finales que les quedan para intentar mantener la categoría y en la que intentarán agarrarse a un clavo ardiendo para conseguir su objetivo.Ver la botella medio llena o medio vacía es cuestión de cada uno. El entrenador de los colegiales, Sergio Valdeolmillos, prefiere ser optimista y no quiere "hablar de ocho finales", sino de que están "a un partido de eludir el descenso. Primero Unicaja, luego ya veremos", declaró.
Con la llegada de Valdeolmillos, y los fichajes de Pavel Pumprla y Diamos Simpson, el equipo madrileño comenzó a ver la luz al final del túnel. Al menos había un esquema de juego y el equipo transmitía saber qué es lo que quería, con mayor o menor acierto.
Las victorias consecutivas ante el Bilbao y en Valencia elevaron el tono moral en la misma medida que las dos últimas derrotas ante el Tenerife y en Zaragoza lo han rebajado.
Ahora se trata de no dejarse llevar por el desánimo y de creer en el trabajo diario. Ganar en Valencia estaba, a priori, fuera del alcance de los estudiantiles, pero se logró. Y ahora, ante el Unicaja, se trata de intentar repetir la gesta.
El entrenador del Estu no tiene problemas de bajas, ante un Unicaja que una vez finiquitada su participación europea se centrará en el objetivo de situarse lo más arriba posible en las posiciones de playoff.
"Quizá no va a ser un partido muy divertido. Habrá mucha defensa, ellos defienden muy bien y nosotros hemos demostrado en muchos partidos que también. Probablemente no se va a ver un partido a 90 puntos, pero sí un partido intenso y con lucha", advirtió Pumprla.
Con 8 victorias más que Estudiantes, Unicaja parece fuera del alcance de los madrileños pero la necesidad obliga a no dar nada por supuesto desde el minuto cero.
Los precedentes dan un cierto desahogo a Estudiantes con 35 victorias y 39 derrotas en sus choques con los malagueños, 18 a 17 si sólo se tienen en cuentan los partidos en Madrid.