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Un pulso por controlar el baloncesto en Europa

Joaquín Gómez-Villares Pérez-Muñoz

El conflicto existente entre FIBA y Euroliga viene de lejos. La lucha es por hacerse con el control de la organización de las competiciones europeas de baloncesto por clubes. La Copa de Europa de Baloncesto fue creada en origen por la FIBA y gestionada desde el año 1958 por dicho organismo hasta que en el año 2000 se crea la Euroleague Basketball o Euroliga por un ente de naturaleza privada. Con el cambio de siglo empieza esta pugna que ahora vive uno de sus momentos más tensos.

En su inicio, pudiera parecer una maniobra de intrusismo por parte de la Euroliga, pero realmente lo que hizo fue apropiarse de una marca que la FIBA no se había preocupado de registrar. Tras esta maniobra, a la FIBA no le quedó otra opción que denominar con otro nombre la competición que hasta entonces organizaba en exclusiva, un nuevo torneo que se llamó Suproleague. Ambas llegaron a coexistir durante una temporada, de manera que en 2001 hubo dos campeones europeos: el Maccabi Elite, de la Suproleague; y el Kinder Bologna, de la Euroleague.
Esta situación era insostenible y tras duros procesos de negociación, la FIBA sucumbe ante Euroliga. Ésta sería la que organizaría en adelante las competiciones de baloncesto por clubes a nivel europeo. Todos los clubes que ese año compitieron en la Suproleague jugaron al siguiente en la Euroliga. En esencia, la FIBA asumió la organización de las competiciones de equipos nacionales (Eurobasket, Mundial y Juegos Olímpicos) mientras que la Euroliga se hizo cargo de las competiciones de clubes europeos.
En un nuevo intento por hacerse con el control de las competiciones europeas por clubes, la FIBA comienza a negociar con Euroliga para crear una competición común. Sin embargo, no se llega a un acuerdo dado que ninguna de las partes quiere ceder control a la otra. Es entonces cuando por parte de la FIBA se decide crear una nueva competición europea denominada Champions League Basketball, ejerciendo presión sobre las federaciones nacionales para que éstas ‘sugieran’ a sus clubes nacionales que se integren en esta nueva competición europea.
La sanción interesada por parte de la FIBA con objeto de excluir a España del próximo Eurobasket 2017 se explica porque, con anterioridad a la creación por parte de FIBA de esta nueva competición europea, la ACB ya había suscrito con Euroliga un acuerdo para los próximos cuatro años. Se trata de una sanción que no tiene ni pies ni cabeza desde el punto de vista jurídico, dado que la ACB y la Federación Española de Baloncesto son entes completamente distintos y con autonomía propia y diferenciada.
La liga profesional de baloncesto no depende, en España, de la Federación Nacional dado que su organización corresponde a la ACB, que goza de una independencia total para decidir sobre su propia normativa. Con ello, la Federación no puede solicitar, y mucho menos obligar, a que los equipos de la ACB participen en aquello que requiera la FIBA. La sanción, desde luego, ha sido recurrida por la Federación Española de Baloncesto.
FIBA-Europa propondrá casi con toda seguridad que la sanción se amplíe a Juegos Olímpicos y Mundial. De no llegar a un acuerdo FIBA y Euroliga, se tendrán que ver el en TAS. La FIBA pretende decirle al mundo del baloncesto que “el balón es mío y se juega cómo y dónde yo diga”.
Joaquín Gómez-Villares Pérez-Muñoz
(Especialista en Derecho Deportivo del despacho de abogados GVA Gómez-Villares & Atencia)

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