Cañete, a la carrera con el bronce
Ángel Sánche-Cañete lleva 15 años trabajando en el primer equipo del Unicaja. En un paréntesis de 2001 a 2003 colaboró con la selección española en la labores de scouting. El año pasado, Sergio Scariolo, que le tuvo de ayudante en la época dorada, recurrió a él para ganar el oro en el Eurobásket. Repitió con la concentración para los Juegos y allí el paleño ayudó a la conquista del histórico bronce. A la carrera, llegó el martes de Río y el miércoles ya estaba trabajando en la pretemporada del Unicaja.
Cañete habló en Málaga Hoy para relatar su experiencia olímpica. "Los Juegos son un caos organizado", dice. Explicó cuál era su labor en el equipo. "En preparación de partido, yo llevaba avanzado por delante del equipo el estudio de los contrarios a nivel de juego para en el momento que tocase jugar contra ellos tener preparado todo lo que estaban haciendo. A nivel de jugadas y jugadores, sistemas y características. Yo daba el primer paso, para que Txus [Vidorreta] y Jaume [Ponsarnau] tuvieran la información de cada equipo para filtrar qué es lo que íbamos a preparar. Eran cuatro cosas importantes en ataque y defensa, no hay mucho margen en un evento así. Hay un volumen de trabajo que empiezo y sigue después", relataba Cañete: "El vídeo que yo hago es de 3 a 5 minutos, de apoyo al planteamiento de partido que hace Sergio. Después, durante el partido es analizarlo en el momento, las situaciones de juego que pasan, tanto sistemas en defensa como ataque. Qué nos viene bien o mal, a nosotros, para al descanso tener al momento los datos. Por ejemplo, en situaciones de juego. 3/8 en el pick and roll contra nuestro cinco, 2/4 en poste bajo contra nuestro cuatro, 2/7 en juego exterior con penetraciones. Y a la inversa nosotros, qué sistemas o movimientos nos fueron mejor".
Sobre la calidad de la generación más ganadora del baloncesto español dice que "son muy buenos, con esa materia prima es fácil. Y para muchas cosas. Son buenos de cabeza, de corazón, de fondo, de liderazgo. La facilidad la tienen en eso, en su calidad como jugadores. No sólo en lo estrictamente técnico, sino de cabeza. La información que reciben es procesada y ellos la mejoran. Cada uno tiene su personalidad y su propia forma de ser, evidentemente. Hay más tímidos, más callados. Pero son muy buena gente y eso también les hace ser amigos muy íntimos entre ellos y que el núcleo más veterano integre y amplíe con los nuevos, por esa capacidad humana que tiene. Va ampliándolo con gente joven, que completa el grupo. Lo hacen de forma natural", afirma.
Sin tiempo para paladearlo, Cañete ya está en la pretemporada del Unicaja. Dice que conocía jugadores casi en cada equipo rival. "Te das cuenta de lo grande que es el Unicaja en un evento así", afirma, para focalizarse ya en la temporada en verde: "Tenemos la ilusión y la incertidumbre de un equipo nuevo, con cambios. Tiene buena pinta a nivel físico, con gente que quería estar aquí, por eso se cerró tan pronto. A ver la química. La primera impresión ha sido muy buena".