Primer partido en casa del Unicaja en la Eurocup y primera derrota (62-74). No necesitó mucho el Bayern de Munich para imponerse al rival. Djordjevic se limitó a dejar que el encuentro se madurase y cuando encontró el fallo, hizo pupa. Eso, mezclado con la falta de acierto en el tiro, terminó por dejar KO a los malagueños que hicieron 28 puntos en toda la segunda parte.
En la primera parte se vio la mejor versión del Unicaja. El equipo defendió, estuvo más centrado y supo encontrar a un Dejan Musli que hizo muchísimo daño en la pintura a los alemanes, que parecía que se marcharía del Carpena con una nueva derrota. 34-26 después de 20 minutos y 15 de esos puntos eran de Musli, significativo.
Pero a Plaza a veces le da por hacer cosas raras. Insiste con Fogg de base cuando tiene toda la pinta de ser un dos. Una especie de nuevo caso Nedovic. Y su manera de gestionar los cambios vuelve a resultar defectuosa y no dio soluciones cuando el equipo estuvo más de seis minutos sin anotar. Se le ve algo alicaído al entrenador catalán, aplacado. Todo lo contrario que Djordjevic, que supo apretar a los suyos en el momento justo.
Parecía, no obstante, que el Unicaja se podría despegar del rival en el tercer periodo. Aunque empezó un 0-6, los verdes contestaron con dos triples, de Díaz y de Díez. El primero fue una bella casualidad. Alberto fue a asistir desde el centro del campo a Musli, que corría la pista en contragolpe y llevaba ventaja a su par. Pero para sorpresa y júbilo de los presentes se convirtió en una de las mejores canastas jamás vistas en Málaga.
Fue lo mejor del partido. Con el paso de los minutos el Bayern fue ganando terreno y dos tiros libres de Redding puso por delante a los germanos, algo que no sucedía desde el 0-2. Se llevaron el tercero para ponerse 48-50 y se llevaron el último ante un Unicaja deslabazado y sin la tensión competitiva necesaria para levantar este tipo de choques.