Adiós a una leyenda del baloncesto español, a uno de los jugadores más longevos y con más clase que han pisado las canchas de este país. Ricardo 'Richi' Guillén ha decidido dejar el baloncesto en activo a sus 40 años, al menos como jugador profesional. Una noticia triste pero que alguna vez tenía que llegar. Honores para él.
Guillén, canario de nacimiento, malagueño de adopción, fue uno de los mayores proyectos de jugador de la cantera del Unicaja. 2,07, versátil, capaz de hacer prácticamente de todo. Pies exquisitos, mano prodigiosa y una inteligencia superior a la media. Además de haber tenido una gran carrera en la ACB, es sin lugar a dudas el mejor baloncestista de la historia de la LEB Oro.
En 1994 fue el MVP del Eurobasket Junior, consiguiendo en Tel Aviv la medalla de bronce con España. Al año siguiente repitió metal en el Mundial Junior disputado en Atenas. En 1996, ya con la Sub-22, se alzó con la presea de plata en Estambul.
Natural de Santa Cruz de Tenerife, allí dio sus primeros pasos hasta que lo fichó la cantera del Mayoral Maristas, de ahí al Unicaja. Fue escalando hasta debutar con el primer equipo el año del subcampeonato de ACB en aquella mítica final contra el Barcelona o su estreno en la máxima competición continental, donde se atrevió a retar al mismísimo Gregor Fucka.
En 1999 salió de Málaga para poner rumbo a León, donde inició su carrera de trotamundos. Paradas en ACB y LEB. Gijón, Gran Canaria, Tenerife, Algeciras, Cantabria, Ourense, Los Barrios... Por supuesto, hubo la ocasión de disfrutar de algunos de sus últimos bailes en Málaga de nuevo. Fue en el equipo vinculado al Unicaja, el Clínicas Rincón, dando clases magistrales a diario.