Para bien del Unicaja, Alberto Díaz y Lafayette se han cambiado los papeles. El base americano llegó al conjunto cajista en verano para capitanear el barco. Lo pidió Joan Plaza porque era de su máxima confianza, pero si el buque verde habría dependido sólo de él en lo que llevamos de temporada iría a la deriva. En el segundo partido ante el Bayern, Lafayette demostró no estar a la altura de lo que se está jugando el equipo, mientras que el joven base malagueño volvió a erigirse como el líder del equipo, ese jugador capaz de meter a sus compañeros en el partido, de imprimir carácter, de conectar con la grada... Eso que tanto demanda el Carpena.
Alberto Díaz saltó a la pista con 23-25 en el marcador y revolucionó el encuentro a base de intensidad defensiva, de morder a los rivales, de tirarse al suelo para robar un balón, de testiculina. El Unicaja logró parcial de 18-3 que a la postre fue clave para ganar el segundo partido y forzar un tercero que se jugará a cara de perro en Alemania.
El pelirrojo tuvo tiempo para meter dos triples importantes en el tramo final del encuentro. De los que queman, de los que forjan a grandes jugadores como va camino de serlo Alberto. Una vez más salió ovacionado del Carpena, al que tiene en el bolsillo desde hace tiempo. La cruz fue de nuevo Lafayatte, que acabó con -4 de valoración y que dio una sensación de pasividad preocupante. El americano no está y cada vez se le espera menos.
¡¡¡Alberto Selección!!!