Mediado el tercer cuarto, Dejan Musli debió retirarse al banquillo cojeando ostensiblemente. Parecía un esguince en su tobillo derecho, no podía apoyar el pie. Poco después, el Unicaja comunicaba que ya no podría volver al encuentro. Una baja sensible a la que el Unicaja supo sobreponerse para vencer en Krasnodar.
Pero las noticias no son muy buenas. Este miércoles, cuando a primera hora de la tarde aterrice el equipo en Málaga, los doctores evaluarán la situación del pívot serbio, esencial en los planes de Joan Plaza. En función de las pruebas se sabrá si puede estar el viernes, pero no hay optimismo en las primeras exploraciones.
Sí se espera contar con Carlos Suárez, que no pudo echar un cable porque una gastroenteritis le dejó KO.