Fue el mejor jugador de baloncesto chino de la historia, el primer deportista del país en triunfar en el exterior, y ahora, como presidente de la federación nacional de básquet, Yao Ming está decidido a cambiar diametralmente este deporte en China, el país que acoge los Mundiales de 2019.Antonio Broto
Apenas lleva dos meses al frente de la Asociación China de Baloncesto (CBA), pero Yao, de 36 años y con más de un lustro metido en política para intentar modernizar el sistema deportivo de este país, ha dictado ya dos medidas que marcan un cambio diametral.
Una de ellas, anunciada este miércoles, es novedosa incluso a nivel mundial: en 2018 el baloncesto masculino chino tendrá dos selecciones nacionales, cada una con sus propios jugadores y equipo técnico.
También tendrá cada una de ellas un entrenador, chino pero ayudado por técnicos extranjeros, y no competirán entre ellas, pero la federación las irá alternando en partidos y torneos internacionales durante todo el año que viene.
Así será hasta 2019, el año en el que China acoge el Mundial, cuando los dos combinados se fusionen en uno solo, seleccionando a los mejores de cada uno.
La meta de este experimento es "motivar a entrenadores y jugadores para que den lo máximo a través de un mecanismo competitivo", destacó la CBA al informar de la novedad en un comunicado.
El segundo gran cambio que aporta Yao, en este caso importado de la NBA donde él mismo jugó durante nueve temporadas (2002-2011), es acabar con el "reclutamiento forzoso" de baloncestistas de los clubes a la hora de formar la selección.
Hasta ahora, si la federación llamaba a un jugador al equipo nacional, éste debía incorporarse a ella obligatoriamente, o de lo contrario sería sancionado, mientras que desde que Yao está en el poder, los deportistas son "invitados" y pueden aceptar o declinar.
"Invitar a los jugadores, en vez de obligarles a ir, muestra mayor respeto hacia ellos y funciona mejor para que muestren entusiasmo a la hora de representar el país", aseguró Yao el día que anunció la nueva medida.
La medida ya se ha aplicado en la selección femenina, de cara a los Campeonatos de Asia que se celebran en julio, y con ella se acaba con un sistema casi militar que la pasada década produjo un gran enfrentamiento entre la selección y el jugador chino Wang Zhizhi, el primero del país que militó en la NBA.
Wang se negó a ir a la selección, debido al intenso calendario de la liga norteamericana, lo que prácticamente le convirtió en un "exiliado" en EEUU, reacio durante años a regresar a su país por miedo a que la CBA tomara represalias.
Todo ha dado un giro de 180 grados con Yao, el primer presidente de la federación que no es miembro del Gobierno, ya que hasta ahora los elegidos eran burócratas comunistas muy alejados de los problemas de los jugadores.
Yao, antigua estrella de los Houston Rockets y miembro del Salón de la Fama de la NBA, se ha revelado tras su retirada en 2011 como un activo político en materia deportiva, además de un gran puente cultural entre Estados Unidos y China, con su gran dominio del inglés y su carácter afable.
Desde hace años es miembro de la Conferencia Consultiva Política (cada mes de marzo asiste junto a los líderes comunistas a los plenarios que se celebran en el Gran Palacio del Pueblo), ha dirigido los Shanghai Sharks, el equipo en el que se formó, y ahora como presidente de la federación continúa esa carrera directiva.
Además, el pasado año, antes de que su nombre sonara como jefe de la federación, llegó a protagonizar cierta "rebelión" contra la CBA al fundar y presidir una unión privada de clubes de baloncesto con 18 de los 20 equipos de la primera división, entre ellos los Sharks.
Esta actitud, nada frecuente en el conservador sistema deportivo chino, llega en el momento en el que el baloncesto nacional más lo necesita, ya que su selección nacional no levanta cabeza desde que Yao se retirara, y necesita mejorar ahora que va a tener Mundial en casa.
China quedó en última posición en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y 2016, y ni siquiera se clasificó para los Mundiales de España 2014, pese a haber estado en los tres años anteriores.