El pívot estadounidense Greg Stewart, que ha fallecido a la edad de 57 años en su país tras una larga enfermedad, ha sido calificado por el Club Baloncesto Gran Canaria como "leyenda eterna" de la entidad e "ídolo" de la afición amarillo de las décadas ochenta y noventa.Por ese motivo, todos los que sienten como suyo al 'Granca' han transmitido su "más sentido pésame" a la familia del malogrado deportista, un sentimiento al que también se ha unido la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB), sorprendida asimismo por la muerte inesperada "Gregorio", como se le conocía con cariño al jugador en la isla.
Greg Stewart militó en la elite del baloncesto español en las localidades de Badalona (temporadas 1983-84 y 1985-86), Gran Canaria (1988-90 y 1991-92), Granollers (1992-93) y Cáceres (1997-98).
El pívot norteamericano formad en la universidad de Tulsa fue escogido en la cuarta ronda del NBA Draft de 1982 por los Boston Celtics, pero debutó como profesional en España con el CAI Zaragoza y, al siguiente año, estrenó la era ACB con la camiseta del conjunto catalán Joventut Massana.
En su dilatada trayectoria en la Liga Endesa, Stewart disputó 219 partidos, en los que firmó para sus incondicionales unos promedios de 17,3 puntos, 8,2 rebotes y 18,1 créditos de valoración.
Tras militar una temporada en Israel (Hapoel Galil Elyon), Stewart regresó a la ACB en 1985 de la mano del Ron Negrita Joventut y, desde ese momento, ya no volvió a abandonar España.
El pívot estadounidense se comprometió en el año 1986 con el Coronas Las Palmas, de la Primera B, y permaneció en la isla de Gran Canaria hasta el año 1992, donde se erigió en toda una leyenda del baloncesto insular.
Con posterioridad, Greg Stewart fichó por el BFI Granollers para la temporada 1992-93 y, al siguiente verano, se fue dos años al Caleta de Fuste Fuerteventura de Segunda División, para acabar recalando en el Ciudad de Las Palmas de Liga EBA en el curso 1995-96.
Finalmente, Stewart regresó a la Liga Endesa en 1997 para disputar nueve partidos con el CB Cáceres, para acabar su etapa profesional de nuevo en el Ciudad de Las Palmas. Con todo, aún tuvo fuerzas y liderazgo para convertirse en un asiduo destacado de la modalidad 3x3 de baloncesto.
Greg Stewart sufrió hace dos veranos, en 2016, un infarto mientras jugaba al baloncesto en una de las calles de Miami (Estados Unidos), con tanta mala fortuna que al caer desplomado al suelo recibió, además, un fuerte traumatismo craneoencefálico por el golpe.
Después de más de año y medio de contratiempos en un largo periplo de recuperación, la muerte del pívot estadounidense ha supuesto un duro mazazo anímico para amigos, compañeros y directivos, a quienes siempre cautivó por su peculiar forma de entender la vida y pasión, el baloncesto, de una forma especial en un isla donde todos consideraban a Gregorio un grancanario más.