El Unicaja recibe este viernes al Panathinaikos griego, un duro rival que lucha por acabar entre los cuatro primeros la temporada regular de la Euroliga, con el reto de apurar sus escasas opciones de disputar la fase por el título, pues está a tres victorias de la octava plaza a falta de cinco jornadas.
El equipo malagueño es décimo con diez triunfos, a tres del Maccabi Tel Aviv, que es octavo, y a pesar de las adversidades aún tiene posibilidades matemáticas de pasar a la siguiente ronda por el título, pero depende de sus rivales. El conjunto andaluz necesita ganar sus partidos como local frente al conjunto griego, al Barcelona y al Olympiacos e intentar conseguir un triunfo como visitante, ya sea contra el Brose Basket alemán o el Fenerbahçe turco.
El partido frente al Panathinaikos es fundamental, porque una derrota significaría prácticamente la eliminación de los malagueños, a expensas de lo que haga el equipo israelí ante el Khimki Moscú. La tarea no es fácil, ya que el Panathinaikos está invicto en Grecia, con dieciocho partidos ganados, aunque el Unicaja confía en su fortaleza en casa, donde ha logrado siete de sus diez victorias en esta Euroliga, en doce encuentros disputados.
El técnico del Unicaja, Joan Plaza, tiene la baja del pívot georgiano Giorgio Shermadini, lesionado para 6-8 semanas, y está a la espera del ansiado fichaje para el poste bajo que todavía no ha llegado.