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El espíritu de La Casilla sigue vivo en Miribilla

Kuitxi

Baloncesto y fútbol en Bilbao. Vidas paralelas. Existen. Recorren su camino sin tocarse. El Athletic Club despierta pasiones. Y el RETAbet Bilbao Basket, heredero de tantos nombres, causa furor. Les confieso que, a pesar de mi condición de futbolista y mi fe ciega en una cuadrilla de leones, gozo más siendo sujeto activo en Miribilla que socio pasivo en San Mames.

Y por si se me hubiera olvidado, sentado en silla de privilegio, frente al Herbalife Gran Canaria he 'revivido' para poder constatar que, como espectador en vivo, disfruto más envuelto en la arrebatadora atmósfera del Basket que en el aire frío del fútbol de San Mamés.
  La Casilla, cuando el Caja Bilbao le daba sentido, se convertía en una caldera, en una sauna en la que se entraba  rollizo...y se  salía con dos o tres kilos de menos. Luego de disfrutar a  'Txipiron' Darrell Lockhart y Joe Kopicki. Tras aquella mágica noche en la que Txus Bidorreta puso el Basket vizcaino en lo más alto, aquel golpe bajo que supuso que Bilbao tuviera que renunciar a la franquicia en la ACB por falta de patrocinadores y mecenas que sostuvieran  el sueño en lo económico. Corría el año 1994...  Vidorreta se fue a la Isla Bonita. Y aquí nos quedamos al amparo de un 'Patronato' con el que nos engañábamos pensando que el Basket seguía vivo en la Villa. Años duros. Vacío brutal. Vacío, también, el que nos hacia el señor Kerejeta y su "no a menos, o a los mismos, kilómetros que separan Bilbao y Gasteiz", y eso no menos sangrante de que "sólo hay un equipo en la Comunidad Autónoma Vasca... y ese es el Basconia del que yo soy dueño y señor". A pesar de tantas trabas, el baloncesto vizcaíno se hizo un hueco en Bilbao.
  La Casilla y su espíritu. Esa tremenda obra  arquitectónica que es el pabellón de Miribilla. A la hora del trasvase Catedral con Arco-San Mames con palcos, el espíritu de La Catedral se perdió en extravío en el camión de la mudanza. Sin él, el 'campo de Azkarate' en el que juega el Athletic es una meseta helada y tétrica en la que, perfectamente, podría tener cabida el terrible Dios Chulu del loco Lovecraft. San Mames me deja frío. El baloncesto, Bilbao Basket, Miribilla, sin embargo, es ese lugar al que siempre quiero volver. "El sitio de mi recreo", que decía Antonio Vega...
Como esta noche de miércoles. De esas desapacibles. Aun así, a pie desde Abando, sin recurrir a la 'lanzadera'. No pintaba nada bien la cosa, y bien que me lo ha recordado Víctor, pero, cuando todo dictaba la enésima debacle, van los 'hombres de negro', y zas, se zampan el 'canario' no sin antes haber revoloteado el endiablado pajarito a las puertas de las fauces de un Bilbao Basket que necesitaba la victoria como el comer, nunca mejor dicho, los 'Bilbao Basket-Men' son gente voraz que sólo tienen manos para la canasta, el hueco del aro y la red, ese ruido que tanto excita al que acierta y tanto 'jode' al que padece la canasta.
  Mirador de lujo. Todo era pura necesidad para librarse de la quema. Un Bilbao Basket extraño ya desde el banquillo. Carles Duran fue cesado en la jornada nueve, "por los malos resultados", tres victorias, seis derrotas. Mrsic es el elegido para elevar al equipo en la tabla clasificatoria. Hace tres días le enviaba a Víctor la comparativa...Duran: 3 ganados, seis perdidos; Mrsic: cuatro victorias, trece derrotas. Las comparaciones resultaban odiosas para aquella persona que defendiera la virtud del técnico croata. Mas la dirección del Club seguía pensando que el técnico balcánico era la  persona adecuada. Difícil de entender para una persona que, aunque no sea de ciencias, sabe contar, sumar, restar, hacer comparaciones a fin de saber quién de los dos había puesto más.  Pero como a uno le corresponde, no más, asumir su papel de aficionado pleno de sentimiento, tocaba acercarse para convertirse en ese granito de arena que hiciera posible que el ambiente del 'Bilbao Arena' fuera esa piedra filosofal que aportara centímetros a los deportistas, y fuerza, y velocidad, y talento, este equipo aparenta poco, pero cuando es piña en la cancha y marea negra en el graderío, surge eso que se dio en llamar "EFECTO MIRIBILLA". Esa suerte de milagro que es capaz de levantar de su asiento hasta a los octogenarios, ya para mostrar su enfado a los árbitros, ya para intimidar a los rivales, pero, sobretodo, para llevar en volandas a los cinco que actúan y a esos otros seis que se agitan nerviosos en el banquillo.
  Preguntaba a los expertos acerca del por qué de esta mala campaña que amenaza al Bilbao Basket con el castigo del descenso. No sin mí.  O no conmigo. Por encima de mi cadaver. Si hay que morir, "quiero que sea contigo": ¡eternamente Bilbao Basket!... Esos hombres de negro que, ante la 'bestia negra de Gran Canaria', la de 'la Roca', aún su empeño de los picos hacia arriba y hacia abajo, han sometido a los del proteston y mal encarado Casimiro a base de trabajo solidario y a destajo que supla tanta carencia así física como en lo relativo al talento. Cuando en un momento dado uno ha visto en la cancha, juntos, tres de cinco, a Tabu, Redivo y Salgado, ha pensado que Mrsic cree que la astucia del pequeño David le seguirá ganando la vida al gigante Goliat.
Revisando los números de los cuartos, llama poderosamente la atención el carácter bipolar de un equipo capaz de ganar el último por 30-15...y de perder el segundo por 11-31. De parciales de locura en los que tanto 'se va' de 15 como lo apalizan con parciales de 0-16. Sobre el por qué de bajones y subidones tan  llamativos, que se pronuncien los expertos, que mi tarea, en esta tarde noche de miércoles, era la de comprobar si, con el paso de los años, mi carácter rebelde, exaltado, revolucionario gozaba de buena salud. Y ha resultado que sí...
  Aplausos. Ponerse uno de pie con el triple, el rebote, el mate, el tapón, la intensa defensa que deja a las claras que durante la semana se trabaja muy duro. De pie. Como el resto de Miribilla. Grito, arenga, canción, alabar el espíritu indomable de Mumbru, celebrar una y otra vez la presencia de 'un tal' JAVI SALGADO, este que está sosteniendo al equipo en la cancha, pero, no se olvide, este mismo que hace unos años fue expulsado de su casa con la peregrina excusa de que "si queremos crecer como club de baloncesto de élite, jugadores como Salgado no tienen cabida en este ambicioso  proyecto".
Años después, helo ahí, el hijo que nunca fue pródigo por la sencilla razón de que no fue él el que tomó la decisión de abandonar su casa para tirarla por la ventana  en hogares ajenos, helo ahí, se decía, botando en la dirección con la sabiduría del que entiende que su equipo lo necesita de verdad y como nunca para evitar que el Bilbao Basket  pierda la categoría y el baloncesto en Bizkaia retroceda violento hasta aquella noche de La Casilla en la que el Caja  Bilbao, a pesar de proclamarse campeón y tener derecho al ascenso, tuvo que renunciar a lo más alto por falta de un patrocinio que pusiera  sobre la mesa la llamada 'pasta gansa'.

Ahora, hoy, más que nunca, se trata de sudar como ellos desde la grada para poder llorar de alegría cuando el objetivo de la permanencia sea un tesoro bien guardado en el Arca de la Alianza establecida entre el Bilbao Basket y el baloncesto vizcaino. ¿Hablamos de Redivo, de Lucio?... "¡JUGÓN!!!
Por Luis María Pérez 'Kuitxi', exfutbolista y periodista

@LuismaPrezGartz

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