Álex Mumbrú despedirá este domingo su carrera en el Bilbao Arena. Luego sólo le quedará la visita al Burgos antes de poner fin a 21 temporadas en la máxima competición ACB. Su último partido en Miribilla tendrá un halo de profunda tristeza después de que el RETAbet Bilbao Basket certificara el pasado fin de semana su descenso. Por ello, el alero catalán ha declinado aceptar el homenaje que tenía previsto rendirle el club bilbaíno al final del duelo ante el UCAM Murcia.
"Se lo agradezco al club, pero no es momento con un descenso para hacer nada individual sino para un sentir general, por encima de cualquier persona. No era momento para hacerlo, mejor que se juegue un partido más, que la gente sepa asimilar lo que viene, pero no pensar en homenajes. Bilbao Basket está por encima de cualquier persona", ha declarado Mumbrú este martes ante la prensa en Miribilla.
El alero ha señalado que en estos primeros días después de certificar la pérdida de categoría, y antes de tomar decisiones, "hay que asimilar la derrota" porque "aunque se veía venir, no es lo mismo estar preparado para que pase a que pase".
"Llevamos una mochila importante de cosas que han ido pasando los últimos años. A veces tiene que haber un punto en el que todo se vuelva a reestructurar. Quiero pensar que es un punto y seguido, ya sea en LEB, o si hay una oportunidad, en ACB. Volver a crecer desde la humildad y seguir para adelante como sea", ha reflexionado.
Pese a las circunstancia, Mumbrú reconoce que el del domingo será un partido "especial" y cargado de emotividad "porque es el último que voy a jugar con Bilbao Basket aquí en Miribilla. "Es algo bonito cuando estás en un club muchos años y acabas tu carrera en él, con la gente que me lleva viendo durante mucho tiempo".
El capitán de los 'hombres de negro' ha vivido grandes momentos en sus nueve temporada en Bilbao. El balance es positivo. "Mucho; si no no habría estado tantos años aquí. Hemos jugado finales, la Euroliga,... muchas cosas bonitas enganchar a mucha gente, a una ciudad, a Bizkaia, que la gente viniera a llenar el pabellón, que viviera una gran comunión, que todo el mundo entendiera que Bilbao Basket no es sólo unos jugadores o un club, sino mucho más. Estoy orgulloso de haber formado parte durante estos nueve años".
"Es un club muy especial. Siempre ha sido familiar, muy cercano. Cualquier rincón de Bizkaia es increíble. La afición nunca ha tenido una mala palabra hacia nosotros, siempre nos han tratado con el máximo respeto. Forman parte de nuestras vidas", ha añadido.
El final, sin embargo, ha sido cruel. "A veces la vida viene como viene; el deporte es así, hemos competido los dos últimos partidos y hemos tenido mala suerte. Pero el descenso no está ahí en los dos últimos partidos, sino que es el cúmulo de toda una temporada. Hay que asimilarlo lo antes posible y acabar bien. Tenemos una despedida en Miribilla el domingo ante el Murcia y a pensar en lo que va a venir a partir de ahora".
Sobre el futuro del club, Mumbrú no quiere "buscar culpables" o "hurgar en lo malo que ha habido". Prefiere apostar por "movilizarse en el presente y pensar en lo que viene". "El que lo tiene que decidir es el Consejo, pero lo que tengo claro es que Bilbao y Miribilla no pueden estar sin baloncesto. El resto tiene que venir a partir de ahí", ha recalcado.
Aunque está centrado en los dos partidos que le quedan en activo, de cara al futuro le "gustaría entrenar" porque le "encanta estar en la pista". "Me he sacado los títulos y me gustaría entrenar, pero veremos lo que hay. Ahora es momento de estar todos juntos, de arrimar el hombro y hacer lo que sea por el Bilbao Basket en esta situación delicada. Si puedo aportar lo que sea estoy encantado de estar aquí para lo que haga falta", ha finalizado.