Ramón OrosaBilbao, 20 may .- La afición de Miribilla despidió este domingo al capitán Alex Mumbrú con cariño en el que fue su último partido como jugador en el Bilbao Arena y al RETAbet Bilbao, con el deseo de volver a encontrarse con él a pesar del descenso y de lo incierto que se ve su futuro con la amenaza incluso de desaparición.
Con todo decidido, este domingo buena parte de la atención en la cancha bilbaína se centró en la figura de Mumbrú, quien, aunque declinó el homenaje que le tenía preparado el club ante lo triste del momento por el descenso, tuvo la despedida merecida.
Así, sus compañeros calentaron con la camiseta conmemorativa de la fecha con su nombre y su dorsal, una prenda que lucieron muchos aficionados en la grada.
Otro momento destacado del homenaje al alero campeón del mundo en Saitama 2006 fue en el minuto 15, su número en la camiseta, cuando prácticamente todos los asistentes al partido exhibieron unas cartulinas al efecto en las que podía leerse 'Eskerrik asko (gracias) Mumbrú'.
Aunque lo más emotivo llegó al final, cuando, aunque no quería tanto bombo, recibió por el vídeomarcador guiños de, entre otros, Pau y Marc Gasol, Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes, José Manuel Calderón, Jorge Garbajosa, Sergio Rodríguez, Rudy Fernández, Raúl López, Axel Hervelle y Javi Salgado. Y también vio un sucinto repaso a su carrera.
Aunque "no tenía preparado nada" porque no esperaba hablar, ante la insistencia cogió el micrófono y pidió "a todos juntos, a los 10.000 de Miribilla" y al resto de componentes del club "luchar porque el Bilbao Basket vuelva a estar donde estaba" como hizo en sus "increíbles" años dorados con una final de ACB, otra de Eurocup y los cuartos de final de Euroliga frente al CSKA.
A todos los aficionados les dijo 'Eskerrik asko (gracias)' antes de ser manteado por sus compañeros y recibir pasillo de ellos.
Esos mismos aficionados no tuvieron ni un reproche para 'los hombres de negro' a pesar de su descenso y de que tras la bajada de telón de hoy no tienen claro si volverán al Bilbao Arena para animar a su equipo. Por lo menos a este equipo, cuyo futuro pende de un hilo y es más que incierto más por la deuda económica que mantiene, cifrada por diferentes voces en unos 6 millones de euros, que por la pérdida de categoría.
A pesar de ello, los aficionados no perdieron el ánimo ni las ganas de animar a su equipo y de disfrutar como lo han hecho en los últimos años en las matinales de domingo en un ambiente familiar.
Esa presencia de padres, hijos y abuelos todos juntos explica que hasta en una jornada así en Miribilla se hiciesen 'la ola' y que el ánimo no decayese -incluso ni para dejar de abroncar a los árbitros cuando lo consideraron- a pesar también de loa derrota, una más, de esta la temporada.
Un curso que debería ser para olvidar pero que no podrá serlo por las nefastas consecuencias que ya se seguro que va a tener entre el seguro descenso a la LEB Oro y la posible disolución.
Hasta donde llegue el roto, el tiempo lo dirá. Mientras tanto, Miribilla y los 10.000 aficionados que acoge en sus mejores citas -hoy más de 8.000- dejaron claro que, así como saben despedir a sus glorias -esta temporada a Mumbrú-, también quieren seguir viendo y disfrutando baloncesto.
Una cerrada ovación y gritos de 'Bilbao Basket, Bilbao Basket' y 'Bilbao, Bilbao' acompañaron a 'los hombres de negro en su último paseillo a vestuarios en Miribilla en un tiempo que todavía no se puede calcular.