El pívot eslovaco Vladimir Brodziansky, fichado por el Monbus Obradoiro para suplir la salida de Artem Pustovyi al FC Barcelona, se mostró "muy ilusionado" con su llegada a la Liga Endesa tras su paso por el baloncesto universitario estadounidense.
"En julio estaba jugando la Summer League con los Cavaliers y realmente todavía no conocía mis opciones de futuro pero, después de esto, traté de ver cuál era la mejor opción para mí y me quedé con la que me ofrecía el Obradoiro", comentó.
"Todo el mundo me dice que la ACB es la segunda mejor liga del Mundo tras la NBA, así que consideré que era la mejor oportunidad", añadió durante la rueda de prensa de su presentación, que se celebró en las instalaciones de Opticalia.
El jugador, de 2,10 metros y 24 años, firma un contrato para las dos próximas temporadas. Procede de la universidad de Texas Christian, donde ha promediado en su última campaña 15.2 puntos, 5.1 rebotes y 1.6 tapones.
"Las primeras semanas en Santiago están yendo muy bien. Estoy disfrutando mucho e intentando aprender lo máximo posible de los jugadores que ya conocen el equipo. Este baloncesto es diferente al que practicaba. No es que sea difícil, solo es un nuevo tipo de baloncesto y tenemos que aprenderlo", explicó.
Brodziansky detalló que las principales diferencias que se ha encontrado desde su llegada a Santiago: "Lo primero es el número de entrenamientos. Aquí estamos haciendo dos sesiones al día y en la universidad hacíamos una. Además, el baloncesto español, ofensivamente, cuenta con muchos más detalles y tienes que concentrarte mucho más en ellos".
El director general del Obradoiro, José Luis Mateo, definió al eslovaco como "un jugador interior polivalente, capaz de jugar en el poste bajo y también de amenazar con el lanzamiento. Su capacidad de trabajo, mejora física e inteligencia le auguran un recorrido ascendente".
"Valoramos el hecho de que nos haya esperado en la situación especial de mercado en la que nos encontrábamos. Lo fichamos para ya, pero también pensando en el medio plazo", sentenció Mateo.