El Kirolbet Baskonia, que se impuso este domingo por 60-110 al Montakit Fuenlabrada en el Pabellón Fernando Martín, logró con este resultado su tercera victoria más abultada en toda su trayectoria en la Liga ACB e igualó su tope de triples anotados en un partido, con 19.
Los 50 puntos de diferencia logrados por el conjunto vitoriano superan todos sus triunfos anteriores en la competición excepto dos: el 124-71 con 53 tantos de diferencia que obtuvo ante el Mollet Sedimar en enero de 1979, y el 109-58, con 51 puntos de ventaja ante el Proaguas Costablanca el 3 de diciembre de 2000.
El entrenador del conjunto vitoriano, Pedro Martínez, explicó tras el encuentro que el triunfo tan abultado se debió al "tremendo acierto" de su equipo en la primera mitad, cuando anotó 12 triples en 19 intentos (63% de efectividad) y 21 de 33 en tiros de campo (64%).
"Creo que ha sido un accidente, la diferencia de puntos nos va bien para nuestros objetivos de ser cabeza de serie en la Copa del Rey en caso de previsibles empates. No hay una explicación para lo que ha pasado más allá del tremendo acierto que hemos tenido en la primera parte que ha sido más de lo normal", aseguró Martínez.
El base uruguayo Jayson Granger explicó a EFE tras el encuentro que sabían que el Fernando Martín no era una pista fácil por lo que intentaron "marcar un nivel físico muy importante" desde el inicio y luego todos los jugadores que salieron aportaron "su granito de arena", no dejando caer la diferencia aún ganando de forma holgada.
"Muchos partidos hemos tenido diferencias y nos han remontado y queríamos mejorar ese aspecto, cuando las cosas salen de cara podemos jugar un gran baloncesto y esperamos seguir esa línea", añadió.
Para Granger, que sea la tercera victoria más abultada de la historia del Baskonia en la Liga ACB "dice mucho" del gran trabajo del conjunto vitoriano, no solo en lo ofensivo.
"Hicimos un partido defensivamente también, dejando un rival en 60 puntos en su casa. Esto dice mucho del equipo", añadió Granger, que pidió tener "los pies en la tierra" de cara al próximo partido de la Euroliga, el miércoles contra el Olympiacos griego en el Buesa Arena, ya que el conjunto heleno es "un rival complicado".