Es tiempo de resetear para el Unicaja. Tras resbalar en el primer partido del Top 16, la Liga Endesa irrumpe con fuerza. El club de Los Guindos afronta, seguramente, el partido más sugerente de la jornada 15. El Iberostar Tenerife visita el Carpena, en un choque de especial trascendencia para los malagueños. Las cuentas son claras, si el cuadro de Luis Casimiro gana certificará su pase a la Copa del Rey. Sería con dos partidos de antelación al corte. Un billete para Madrid que alegra a medias porque la inercia permite soñar con ser cabeza de serie, lo que, a priori, allana el camino hacia el título más accesible.
Será el primer partido sin Alberto Díaz y Carlos Suárez, ambos con lesiones prolongadas, especialmente en el caso del base. Situación que abre la puerta al mercado. Una circunstancia que dificulta en exceso, particularmente en la faceta defensiva. A la que aludía Salin, pieza esencial en el entramado en la zona propia, en la previa. "Necesitamos jugar una mejor defensa", explicaba el escolta. Es una de las condiciones primordiales para que el Unicaja engrase bien la maquinaria ofensiva. Un examen de nivel para resarcirse de dos derrotas, Baskonia y Valencia, que han generado cierta incertidumbre.
El Iberostar Tenerife llega en dinámica ascendente, con cuatro triunfos en los cinco últimos encuentros. Ahí le ganó al Baskonia y antes le compitió al Barça en el Palau, dos de los tres equipos que están por encima de los cajistas en la ACB. Beirán o Iverson aterrizan en buena forma, aunque Txus Vidorreta no podrá contar con McFadden, una de las sensaciones del campeonato liguero. Tiene dos derrotas más que el Unicaja y también quiere acercar su pase a la Copa del Rey de Madrid (14-17 de febrero). Venció fuera de casa en Guipúzcoa, Andorra y Gran Canaria, lo que tiene que poner en preaviso a los malagueños. Un partido bisagra.