Antonio Soto
Madrid, 17 feb .- Un año más, la maldición del anfitrión volvió a hacerse presente en la Copa del Rey de baloncesto y prolongó a diecisiete los años que lleva sin levantar el trofeo el equipo de la ciudad organizadora.
Aunque el Real Madrid rozó el título con sus manos, lo dejó escapar en el último segundo de la prórroga ante su eterno rival, el Barcelona Lassa, y se quedo sin un éxito que solo han logrado ante su público dos equipos en los 35 años de la era ACB, el CAI Zaragoza en 1984 y el TAU Vitoria en 2002.
En ambos casos, el equipo perdedor en la final siempre fue el mismo, el FC Barcelona, que hoy impidió a los hombres que entrena Pablo Laso romper la leyenda que persigue a los organizadores al ganarle por 93-94 en la final disputada en el WiZink Center.
La maldición del anfitrión es algo tan presente en el baloncesto español que durante unos días ha llegado a tener una calle en su recuerdo en la capital de España.
En una iniciativa puesta en marcha por la ACB, algunas vías del madrileño Barrio de las Letras han perdido de manera temporal sus nombres originales, que han sido sustituidos por otros relacionados con el mundo de la canasta. Así, la Calle Cervantes ha pasado a denominarse "Maldición del anfitrión" para sorpresa de los viandantes.
Para poder llevarse su segunda Copa del Rey consecutiva, los jugadores que entrena Svetislav Pesic tuvieron que eliminar previamente al Valencia Basket en cuartos y al Iberostar Tenerife en semifinales. EFE.