Antonio Soto
Madrid, 17 feb .- Un año más la polémica arbitral no faltó a su cita con la Copa del Rey de baloncesto y, al igual que pasó en las dos últimas ediciones, volvió a marcar una final que fue titánica entre Real Madrid y Barcelona, decidida en el último segundo de la prórroga.
los árbitros de un choque que hasta ese momento discurría por los cauces normales dieron validez, tras consultar las imágenes de televisión, a una canasta del pívot croata Ante Tomic que no llegó a entrar porque consideraron que el tapón de Anthony Randolph fue ilegal.
Sin embargo, el entrenador madridista, Pablo Laso, fue claro tras el partido: "No es tapón, es rebote". En su breve intervención ante la prensa, el técnico vitoriano se limitó a recordar que dicha acción fue "la que decidía la Copa del Rey" .
Su indignación fue compartida por sus jugadores en el camino al vestuario, al que llegaron gritando expresiones como "es un robo" o "vaya vergüenza" en referencia a la decisión final de dar canasta de Tomic por tapón ilegal de Randolph.
Aunque la mayor contundencia llegó por boca del director de la sección de baloncesto madridista, Juan Carlos Sánchez, quien pidió a la ACB que explique en un comunicado por qué anularon una jugada que consideran "legal" ya que se sienten perjudicados por segundo año consecutivo en el torneo.
"Queremos que se tome nota de estas acciones (...) hubo un error en Gran Canaria el año pasado y en Madrid y ante nuestro público ha vuelto a pasar. Ya está bien, hay que decir basta", dijo en rueda de prensa.
Sánchez recordaba con esas palabras como en la final que enfrentó en 2018 en Las Palmas a los mismos protagonistas, una falta no pitada de Víctor Claver sobre Jeffery Taylor tampoco fue señalada, lo que también dio el triunfo a los azulgranas. "La única reclamación que nos queda es el derecho a la pataleta, que no nos vale para nada", admitió el directivo.
En 2017 tampoco faltaron las quejas sobre el arbitraje en el Buesa Arena de Vitoria. En aquella ocasión, no se pitó un claro campo atrás de Sergio Llull en los últimos segundos del partido de cuartos de final frente al MoraBanc Andorra, lo que acabó dando el triunfo a los madridistas.
Desde aquel día, "¡No era campo atrás!" es una de las frases más coreados por las aficiones que acuden a la Copa del Rey e incluso la ACB ha bautizado por unos días la Calle Moratín como "Calle ¡Era campo atrás!" en una iniciativa en la que ha sustituido temporalmente los nombres habituales por otros relacionados con el mundo del baloncesto.
De nuevo, la polémica arbitral volvió a marcar la Copa del Rey, pero no pudo empañar una de las finales más apasionantes que se recuerdan, y que se acabó llevando el Barça por 93-94.