Valencia Basket volvería a una final europea dos años después de su título en Vitoria, aunque la perdió en la pista del Khimki Moscow Region. Dos años después de esa derrota, Rusia sería un elemento fundamental en el camino hacia el tercer título de EuroCup para el Valencia Basket. Los primeros pasos continentales en aquella temporada 2014-15 fueron un poco dubitativos lejos de la Fonteta, con tres derrotas en Ljubljana, Villeurbanne y Ulm. Una derrota en casa ante el Union Olimpija fue respondida con dos rotundos triunfos en Varese y en casa ante el ASVEL Villeurbanne para pasar al Last 32 con un balance de 6-4.
En la segunda fase de grupos esperaba un grupo duro con el Unics Kazan, el Stelmet Zielona Gora polaco y el Telenet Ostende. Dos triunfos ante los belgas y una amplia victoria en la Fonteta ante los polacos para ganarles el basket-average fueron suficientes para pasar como segundos de grupo por detrás del Unics Kazan. Esa segunda posición con un balance de 3-3 ponía a Valencia Basket en una posición complicada, con pocas posibilidades de recuperar el factor cancha si iba avanzando en el torneo. Pero la historia estaba a punto de reescribirse y por primera vez en esta competición, un equipo superaba cuatro eliminatorias con el factor cancha en contra para acabar levantando el título.
El comienzo no iba a ser sencillo. El rival en octavos de final era un Khimki metido en una racha de 15 victorias consecutivas que estaba liderando tiránicamente la EuroCup con un excelente rendimiento de Mike Green, James Augustine, Marko Popovic, Petteri Koponen y Sergey Monia. Y con el segundo partido en Rusia. Pero la Fonteta rompió la racha del Khimki con un sólido triunfo por 75-59. 16 puntos de renta que parecían pocos en el partido de vuelta, donde el combinado ruso encontraba el aro una y otra vez. Con el partido metido en los segundos finales bordeando la distancia de seguridad, una canasta desde la media distancia de Pau Ribas y la defensa de Lafayette sobre el tiro de Popovic certificaron el pase a los cuartos de final.
Lanzados por este triunfo de prestigio y carácter, el equipo taronja arrasó en la ida de los cuartos de final a su rival en la actual edición de las EuroCup Finals, el ALBA Berlín por un marcador de 86-54, dejando sin importancia la derrota en Alemania por 78-73. La confianza y el nivel de juego se adecuaron en competición europea a una espléndida Liga Regular en ACB y el equipo llegó en un excelente pico de forma a la parte decisiva. En semifinales tocaba otro rival ruso, el Nizhny Novgorod, y el equipo taronja sacó el billete para su cuarta final de EuroCup ganando tanto en Valencia (84-75) como en Rusia (73-85). Tras pasar tres eliminatorias con el factor cancha en contra, reencuentro en la final con el Unics Kazan.
Y como en las rondas anteriores, Valencia Basket comenzaba en casa y quería empezar golpeando fuerte. Y empezó golpeando muy duro. +15 tras el primer cuarto, +22 al descanso, +30 al acabar el tercero con un Doellman desatado que acabó con 35 de valoración. Solo la reacción del Unics en el último cuarto dio algo de suspense a la final al dejar el marcador final del primer partido en 80-67. Pero el equipo taronja ya dejó claro en los primeros compases del partido de vuelta que no iba a permitir ni un atisbo de reacción. Solo 4 puntos encajados en el primer cuarto y rentas que rondaron la docena durante todo el partido, para que el tercer título de esta competición fuera para Valencia Basket por un resultado en el segundo partido de 73-85. El cuarto regreso desde Rusia, con una EuroCup de más, fue el más placentero y disfrutado de todos.
Triguero, Ribas, Doellman, Van Rossom, Sato, Lishchuk, Lucic, Dubljevic, Rafa Martínez, Oliver Lafayette, Larry Abia y Pablo Aguilar fueron los doce que se vistieron de corto para levantar el título en Kazan. Lubos Barton, David Guardia, Oleksiy Pecherov, Pablo Pérez y Luis Sabater también colaboraron defendiendo nuestra camiseta en aquella edición de la EuroCup.
El MVP de las finales, Justin Doellman, señala que “lo primero que recuerdo es el cariño de los aficionados en el primer partido de la final para poder ganar, con todo lo que eso significaba de cara al segundo partido de la final fuera de casa. Fue algo tremendo y realmente nos ayudaron muchísimo. Y en segundo lugar recuerdo el recibimiento cuando volvimos a Valencia aquella noche y la celebración al día siguiente, recorriendo las calles de Valencia con mi hija en brazos. Poder compartir ese momento con mi familia fue algo espectacular y que nunca podré olvidar”.