Marcelinho Huertas se despidió entre lágrimas del Kirolbet Baskonia este miércoles y dijo que la entidad vitoriana es "uno de los mejores clubes para jugar".
El paulista no pudo contener la emoción en su adiós al equipo azulgrana y todo lo que le rodea, en una rueda de prensa en la que señaló que "es un momento bueno y malo a la vez", al tiempo que agradeció al club "las oportunidades" que le dio desde su primera etapa en 2009, momento que consideró como el inicio de su "carrera al máximo nivel".
Huertas repasó sus dos etapas en el equipo baskonista en las que destacó el título conseguido que "nadie se imaginaba", cuando comprendió el espíritu competitivo y lo que significa estar en un club como el Baskonia que "aprieta en todos los sentidos y eso es bueno".
"Después de dos años en la NBA me disteis la oportunidad de volver y aunque este año no fue como esperábamos, creo que lo dejamos todo en el campo cuando nos pusimos esta camiseta", admitió el jugador brasileño, que aceptó que les faltó "frescura en el final".
Huertas estuvo visiblemente emocionado durante varias partes de su exposición, como cuando recordó los "miles de mensajes" de apoyo y reconocimiento recibidos desde que se anunció que no iba a seguir en Vitoria.
"Me voy contento", aseguró Marcelinho que deseó "lo mejor al club" y apuntó que "los jugadores tienen un futuro brillante porque son todos muy jóvenes", por lo que no tuvo dudas en afirmar que estarán "luchando por los títulos que el club se merece".
Huertas entregó una bufanda de la peña "Indar Baskonia" al capitán baskonista, Tornike Shengelia, que acompañó al director de juego junto a los argentinos Patricio Garino y Luca Vildoza y tampoco pudo contener las lágrimas.
"Cuando llegué el año pasado me la dio un aficionado para que la llevará a la balconada para celebrar algún título y te la doy para que lo hagáis vosotros", señaló al interior georgiano.
"Si vistes esta camiseta tienes que saber que tendrás presión y los que vengan tienen que hacerlo con mentalidad ganadora y demostrarlo todos los días", añadió Huertas, que recordó que "son pocos los jugadores que tienen la oportunidad de jugar aquí muchos años".
El ya exbaskonista remarcó que seguirá jugando todo lo que pueda "al máximo nivel" porque es lo que le gusta y porque tiene una mentalidad muy competitiva que lo me deja pensar en otra cosa.
Sin embargo, aunque declaró su deseo de seguir en la Euroliga, no descartó hacerlo en otro equipo de la Liga Endesa. Es posible que su futuro se desvele a finales del mes de junio, tal y como explicó Huertas, que estará con la selección Canarinha en el Mundial.
Huertas se volvió a emocionar cuando desde la tribuna de prensa se señaló que será recordado como uno de los grandes bases de la historia Baskonia, a la altura de Elmer Bennett, Pablo Prigioni o José Manuel Calderón.
"Solo que me comparen con esos jugadores no hace falta decir nada más. Que la gente me tenga este aprecio, este cariño y me respete no tiene precio", respondió Marcelinho, que no quiere oír hablar de ser entrenador porque solo piensa en jugar.
Desveló que "había una posibilidad de seguir", pero finalmente tanto el club como él mismo decidieron buscar "nuevos objetivos.
"Todo tiene su momento y quizás el año que viene no hubiese salido de aquí con el mismo sabor de boca", argumentó.
Sobre su segunda etapa en la que ha desplegado un gran juego, matizó que su objetivo "nunca ha sido cerrar bocas ni demostrar nada a la ente" sino demostrarse a sí mismo y al equipo que podía competir.
Marcelinho Huertas deja un legado en manos del marplatense Luca Vildoza, quien siguió sus pasos durante las dos campañas en las que compartieron la dirección del equipo y en las que el veterano base aconsejó al joven talento azulgrana.
"Es muy difícil venir a Europa y triunfar y menos en el Baskonia y lo que ha hecho en dos años refleja lo que puede hacer en el futuro por eso el único consejo es que siga trabajando duro porque lo tiene todo", indicó al argentino.
El director deportivo del Baskonia, Félix Fernández acompañó al jugador y subrayó que Huertas "ha dejado huella" por ser "un gran compañero que lo da todo dentro y fuera del campo".
"Siempre será uno de los nuestros porque siempre ha representado lo valores y lo que este club busca y ha buscado", concluyó en nombre del club vitoriano tras decir que "no es una despedida, sino un hasta luego".
Antes de concluir, Tornike Shengelia habló de forma espontánea para destacar que "es un ejemplo y la definición de jugador profesional que cuida su cuerpo" y puso en valor que "tiene un corazón muy grande" por lo que "el equipo al que vaya se puede considerar afortunado".
"Estoy orgulloso de decir que he encontrado un amigo más en el mundo del baloncesto", celebró el capitán baskonista.