El Real Madrid recibía en el WiZink Center al UCAM Murcia en el segundo partido de la final de la Liga Endesa. Tras la victoria en el primer parcial de la eliminatoria por 84 a 76, los de Chus Mateo tenían la posibilidad de encarrilar el título salvando el factor campo y marchándose a tierras murcianas con 2-0.
Los universitarios llegaban con la intención de repetir el plan de partido que se vio el sábado, donde finalmente no pudieron resistir a la embestida blanca, pero dejaron una imagen notable.
Pero los blancos no dieron mucha opción y con un gran Rudy Fernández, que se llevó una ovación histórica del WiZink en el que será, casi seguro, su último partido en casa, doblegaron a UCAM por 79-63.
Arrancó el partido un tanto trabado. Los dos equipos eran conscientes de lo que estaba en juego sobre el parqué del pabellón madrileño y las imprecisiones, e incluso la precipitación, marcaron los primeros minutos.
Facundo Campazzo, MVP de la liga regular y principal baluarte del Real Madrid durante todo el año, fue el talón de Aquiles de UCAM en el encuentro inicial de la serie y la estrategia de los de Sito Alonso parecía dirigida a enmendar eso. El argentino se encontró en los 10' iniciales con unos rivales que le buscaban insistentemente e incluso se vieron algo más que palabras en alguna jugada puntual.
Dzanan Musa saltó a la cancha con ganas de hacer daño en la zona ofensiva y fue la principal arma blanca en el arranque, mientras que Murcia se sujetó al partido a base de tiros lejanos, con Kurcs levantando a la marea roja que acompañó al equipo hasta la capital.
Dzanan 'Bombita' Musa ☄️#PlayoffLigaEndesa
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La igualdad se mantuvo durante el segundo cuarto. Arrancó el Real Madrid tres puntos por encima (18-15) y el dominio del marcador bailaría durante gran parte del periodo. A falta de un par de minutos, el conjunto blanco pegó el primer 'hachazo' del encuentro y la distancia llegaría a los siete puntos (34-37).
La reacción de los murcianos llegó acompañada de un mini-desquicio merengue con los árbitros, que señalaron una falta a Tavares cuestionable y, seguidamente, una técnica al banquillo local.
Pero Rudy Fernández, quien, por cierto, puede haber jugado su último partido delante de la afición madridista, se vistió de Sergio Llull para meter dos auténticas mandarinas en el último minuto y mandar el partido al descanso con la diferencia en las dos cifras (40-30).
Ni mucho menos UCAM Murcia perdería la cara al partido. Y el tercer cuarto seria una demostración de la ambición del cuadro dirigido por Sito Alonso en esta final.
A pesar de que la brecha en el tanteo llegó a alcanzar los 13 puntos en el tercer cuarto, donde el partido se convirtió en un correcalles, a base de triples –de nuevo de Kurucs con la muleca ‘caliente’– los del sureste se engancharon otra vez al choque (57-52 para marcharse al último tiempo).
Rudy Fernández levantó al madridismo una vez más con un par de canastas seguidas que devolvieron la decena a la diferencia en el encuentro. El de Palma no pudo pedir una despedida mejor. Anotó de tres a falta de un minuto y medio, prácticamente sentenciando el encuentro y Chus Mateo le sustituyó para que la afición le regalase una ovación más que merecida.
RODOLFO FERNÁNDEZ FARRÉS.
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Sería insalvable la brecha para los murcianos, que apenas pusieron nerviosos a los blancos en los últimos minutos (79-63) y se llevan a Murcia una renta complicada de salvar.