El pívot francés Rudy Gobert, que se convertirá a partir de noviembre en el deportista francés mejor pagado por su renovación con los Utah Jazz, contó que muchos se burlaban de él cuando decía que quería jugar en la NBA."Hace algunos años, había gente que se burlaba de mí cuando decía que quería jugar en la NBA. Pero yo siempre tuve confianza en mí", confesó Gobert, en una entrevista publicada este miércoles por la revista "Paris Match".
Gobert, de 24 años y casi 2,16 metros de estatura, renovó con los Utah Jazz el pasado año cuatro años un contrato que entra en vigor este noviembre por un valor total de 102 millones de dólares (90 millones de euro al cambio de hoy), equivalentes a unos 25 millones por temporada (unos 22 millones de euros).
El pívot, que figura entre los diez jugadores de la NBA mejor pagados, contó que en su carrera fue fundamental el apoyo de su madre, Corinne.
"Todo el camino recorrido es gracias a ella", aseguró el baloncestista, criado sólo por su progenitora, pues su padre, también jugador de baloncesto, regresó a su tierra natal de la isla caribeña de Guadalupe cuando él tenía tres años.
Gobert reconoció también la influencia "inconsciente" que tuvo su padre en él.
"Estaba orgulloso de saber que él era jugador profesional, aunque no lo mostrase. Un día sabía que quería escribir mi propia historia", asumió.
A pesar del alto salario que ganará, el internacional francés aseveró no pensar mucho en ello y concretó que está centrado en sus objetivos profesionales que pasan por "ganar un título con la NBA y otro con la selección francesa".