La NBA es la liga de baloncesto más importante del planeta. Es la que más millones mueve y en la que todo el mundo sueña con jugar. Pensar en cómo será tu debut si algún día tienes la oportunidad de competir con los mejores es algo habitual, pero seguro que Aaron Jackson jamás se imaginó que pudiera ser así.
El exjugador del Bilbao Basket y el CSKA de Moscú, según él mismo explicó, temió por cómo podía salirle la cosa cuando los Houston Rockets decidieron que querían contar con sus servicios para la disputa del play off. Aaron Jackson, que ya había terminado su temporada con el Beijing Ducks de China, decidió ir a ver el partido que Los Ángeles Lakers tenían que jugar contra los Rockets y ahí comenzó todo.
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— Daryl MorΞy 🗽🏀 (@dmorey) April 12, 2018
"Vi algunas jugadas que me gustaron y las apunté para llevarlas a mi equipo chino. Luego, obviamente salí esa noche. Bebí, fumé e hice todas esas cosas que hacen los adultos en Los Ángeles", desveló Jackson un año después en el podcast Dunc'd On.
Todo seguía su curso hasta que lo llamaron por teléfono: "'¿Puedes jugar mañana?', me preguntaron. No sabía ni quién era hasta que reconocí que era mi agente. 'No sé de qué estás hablando, mi temporada ha terminado', respondí. 'Los Rockets te vieron ayer y quieren que juegues para ellos en play offs'. Inmediatamente dije que sí".
Horas después, el nuevo y temporal equipo de Aaron Jackson tenía que jugar en Sacramento. Para que llegara a tiempo, el propietario de los Rockets le facilitó el viaje en su jet privado. "Me dirigía al vuelo cuando pensé que jugaba esa noche y estaba deshidratado y ni siquiera tenía zapatillas. En el camino intenté beber tantas botellas de agua como pude para que el dueño y su familia no pensaran que estaba borracho o de resaca", explicó.
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A pesar de todo, a Aaron Jackson no le fueron muy mal las cosas en su debut. Anotó ocho puntos, cogió tres rebotes y dio una asistencia. No está mal para haberse pasado toda la noche de fiesta y no tener ni idea de que iba a tener que jugar...