El CAI Zaragoza se llevó la victoria en el último partido de la temporada en casa ante el CB Sevilla gracias a una reacción de genio y coraje en el último cuarto, en el que le dio la vuelta al marcador gracias a un parcial de 22-12. El resultado final fue de 91 a 87.
El equipo de Andreu Casadevall, tras un extraño partido con vaivenes constantes en el marcador para uno y otro equipo, sacó a relucir la casta que le ha faltado en muchos partidos esta temporada para superar a un rival que, a pesar de ser un encuentro intrascendente, también luchó por la victoria pero que se vio superado por la mayor ambición local al final.
El conjunto sevillano tomó las riendas en el marcador de inicio pero a partir del minuto 6 los propietarios del terreno consiguieron adelantar a su rival, especialmente gracias al acierto de Sastre y a la intimidación de Kravtsov en la zona para acabar el primer parcial con la mayor ventaja hasta ese momento, siete puntos (25-18).
El segundo parcial fue una montaña rusa en el electrónico, con la diferencia subiendo o bajando en función del acierto en ataque de ambos equipos más que de su trabajo defensivo. El equipo andaluz se puso a un solo punto (31-30) en el minuto 14 tras un parcial de 6-12, gracias al acierto del pívot Jerome Jordan y de Scott Bamforth, y el CAI se lo devolvió con un 11-3 que le ponía con la máxima del encuentro (42-33) a falta de dos minutos para llegar al descanso.
El inicio del juego se retrasó varios minutos a la vuelta de vestuarios por un problema en una de las canastas, lo que pareció dejar frío al equipo local que en defensa fue un coladero.
El mejor ejemplo es que el tercer cuarto registró un parcial de 24-37 para los visitantes, una cifra la de los sevillanos que es poco menos que imposible alcanzar en un partido en el que hay algo en juego.
Mucha culpa de esos guarismos en el equipo de Luis Casimiro, con más puntos anotados por los visitantes en estos diez minutos que en los dos cuartos anteriores, la tuvo Nachbar que anotó 18 puntos en este tercer acto sin fallo (cuatro triples y tres canastas de dos). El Sevilla llevaba en esos momentos un 71% de acierto en triples (10 de 14 intentos) que le llegaron a poner hasta diez puntos por encima en el electrónico (65-75) en el minuto 30.
Encomendándose a lo que prácticamente no había hecho durante todo el partido, defender, y también gracias a su dominio del rebote ofensivo (11 capturas en el ultimo parcial) que le concedía segundas y hasta terceras oportunidades, el conjunto rojillo consiguió recortar distancias progresivamente hasta que se colocó por delante (89-87), con un triple de Sastre, a falta de 43 segundos. Un error del CAI en un contragolpe que podía haber sentenciado el partido fue seguido de otro del Sevilla que permitió a Bellas anotar dos tiros libres (91-87) a falta de 6 segundos que decidieron la contienda.