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Froome controla y los rivales se quedan con las migajas

La ascensión a la antigua estación militar de la Sierra de La Pandera hacía presagiar bastantes más movimientos de los que finalmente se han producido y el líder, Chris Froome (Sky), se ha limitado a controlar a sus adversarios más directos y minimizar cualquier pérdida.José Luis Sorolla,
Los aspirantes a despojar al británico de origen keniano del maillot rojo que viste desde la tercera jornada en el Principado de Andorra apenas han podido inquietarle y el único que ha conseguido restarle algo de tiempo ha sido el italiano Vincenzo Nibali (Bahrain Merida).
Las migajas de los cuatro segundos de bonificación que se otorgan cada etapa al tercer clasificado es con lo que se ha tenido que conformar el Tiburón de Messina, el único que ha sacado algo positivo de esta decimocuarta jornada.
Ha conseguido mantener su segunda posición de la clasificación general tras Froome y además ha podido restar cuatro segundos, con lo que ha pasado de estar a 59 a tener una desventaja de 55.
Un escaso balance para haber lanzado un fuerte ataque a 3,5 kilómetros de la llegada que solo ha seguido Alberto Contador (Trek Segafredo), pero no ha querido entrar a colaborar con él.
También ha presentado un balance positivo el día para el colombiano Miguel Ángel López (Astana), pero éste se encuentra a más de tres minutos en la general y de momento no siembra ninguna inquietud en los hombres que le guardan la espalda y le hacen el trabajo sucio a Froome.
Situación muy similar a la que se encuentra el español Alberto Contador, quien ha afirmado que sigue pedaleando "contracorriente" tras el mal día que sufrió en Andorra y que le alejó en exceso de los primeros puestos, aunque poco a poco va "tachando segundos con los rivales y ganando posiciones".
Contador ha desvelado que no ha colaborado con Nibali porque estaba "seguro de que iba a llegar por detrás Froome" e incluso que lanzaría un ataque que finalmente no se ha producido. Tal vez el madrileño esté empezando a sopesar con quién le va a interesar unir sus fuerzas y colaborar si quiere seguir avanzando hacia las primeras posiciones de la clasificación.
El control asfixiante que ejerce el equipo que dirige Nicolas Portal en busca de la que sería su primera victoria en una gran vuelta al margen del Tour de Francia, en el que ya han ganado cinco veces, cuatro con Froome y una con Bradley Wiggins, está llevando a la desesperación a sus adversarios.
Por un lado no quieren dejar pasar la oportunidad de ponerse al frente del pelotón y acelerar en cuanto sienten que los hombres de negro les permiten bajar un poco las pulsaciones del límite permanente al que les someten, y con ello parecen tratar de jugar al contragolpe.
Sin embargo, el respiro es para los hombres de Froome, que se limitan a ensombrecer a los que les ponen a prueba con hasta siete hombres tras el que encabeza el pelotón.
Diferentes equipos como Trek Segafredo, Bahrain Merida, Quick Step o Katusha Alpecin, cada uno con las ilusiones puestas en llevar lo más arriba posible a su mejor componente, han tratado de mantener al límite el nivel de exigencia, pero siempre han encontrado una respuesta contundente a su actuación.
Al finalizar la etapa, Froome ha apuntado que en esta jornada ha preferido mostrarse algo más conservador para afrontar en la mejor condición posible "la dura etapa de Sierra Nevada, en la que se asciende por encima de los 2.500 metros".
Para algunos, como es el caso de Alberto Contador, la táctica solo puede seguir siendo la de arriesgar y "disfrutar", como ha insistido con reiteración, si quiere hacerse un hueco en el podio de Madrid el próximo día 10 de septiembre. Está en su última carrera y decir adiós, al menos con un podio, sería su mejor despedida.
En otros casos, la táctica de conservar lo que se tiene empieza a calar entre algunos de los que están entre los diez primeros clasificados.
La etapa de Sierra Nevada, que cerrará mañana la segunda semana de carrera, provoca mucho respeto a todos, pero es que tras el último día de descanso, el lunes, llegarán cinco etapas en las que cualquier crisis puede dar al traste con el trabajo de todos los días anteriores.
"Las fuerzas están muy justas y queda lo más duro", han afirmado varios ciclistas al finalizar la etapa en lo alto de la jiennense Sierra de La Pandera.

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