El británico Simon Yates, líder del Giro, dijo en la jornada de descanso que luchará para limitar su desventaja contrarreloj con el holandés Tom Dumoulin y se mostró esperanzado en mantener la 'maglia' rosa, que a estas alturas de la carrera no le cae por sorpresa porque llegó para "ganar"."Para mi es una sorpresa estar a estas alturas con la ventaja que tengo sobre Dumoulin y resto de rivales, pero no el hecho de tener la 'maglia' rosa. Yo vine para ganar la carrera y creo que estoy haciendo un gran trabajo, por lo tanto tampoco estoy sorprendido", destacó.
Ralajado y confiado en sus posibilidades, Yates subrayó su buenas sensaciones hasta el momento.
"Estoy relajado, me siento bien, pero si exploto en la última semana o pierdo cinco minutos mañana estará bien, muy bien. Estoy contento con lo que he hecho. Llegué al Giro para ganar, pero si no puedo no voy a perder el sueño. Quiero hacerlo lo mejor posible", destacó.
El líder del Giro admitió que, a pesar de sus tres victorias y los 2.11 minutos de ventaja sobre Dumoulin, también hay sufrimiento detrás de su dominio.
"He puesto a veces cara de póker, pero la gente no ve mi ritmo cardíaco a 200 pulsaciones cuando estoy atacando, realmente estoy sufriendo por dentro", explicó.
Yates dijo que en carrera le gusta ser agresivo, "aunque a veces no es posible" y tiene claro que el Sky de Chris Froome es más débil en el Giro de Italia que en otras ocasiones, lo que claramente, admitió, juega a su favor.
El mejor joven y séptimo de la general en el Tour de Francia 2017 se marcó el objetivo del Giro de Italia para 2018
"Esto es lo que quería hacer cuando me hice profesional y por ello he estado trabajando desde el principio. Me estoy haciendo un poco mayor, un poco más fuerte y tengo más confianza cada año", dijo.
Este martes, la contrarreloj de 34,5 kilómetros entre Trento y Rovereto, será el penúltimo escollo de Yates como aspirante a la 'maglia' rosa el próximo domingo en Roma, objetivo que el británico de 25 años preparó con la participación en la París-Niza y Volta a Cataluña.
Luego pasó un tiempo en su casa en Andorra, aprovechando la altitud para trabajar aún más en la preparación de las etapas de montaña del Giro.