Moll afrontará el ascenso a finales de junio junto a la triatleta de larga distancia Ruth Gómez, con quien subirá a la montaña africana tras tres días de ascenso y uno de aclimatación.
Esta menorquina afincada en Asturias no se lo pensó "ni un minuto" cuando recibió la llamada de la agencia de viajes en bicicleta Bike Experience Tour el pasado mes de enero.
Tras tres años de espera se habían conseguido los permisos y autorizaciones necesarios para iniciar la aventura por el Parque Nacional del Kilimanjaro.
"A nivel personal es un reto muy bonito si se culmina, y lo es tanto por la preparación que conlleva ascender una montaña de estas características como por la experiencia junto a mi compañera y el resto de la expedición", comentó en una charla con Efe.
La menorquina, que fue ex ciclista profesional durante más de 15 años y participó con la selección en diferentes mundiales y europeos, reconoce que este es "un reto diferente" a lo que ha hecho con anterioridad, y compartió los detalles de la preparación específica que ha venido siguiendo en las últimas semanas.
"Ambas nos hemos preparado físicamente para el tema de la aclimatación fundamentalmente, lo ideal era pasar tiempo en una montaña alta pero por motivos laborales ninguna podíamos. Hemos hechos sesiones de hipoxia, 16 en mi caso, y eso ha servido para complementar el entrenamiento en bicicleta", explicó la deportista.
La principal incertidumbre para ambas será el temido "mal de altura", malestar físico provocado por el aumento de la presión atmosférica y que puede influir en el programa de ascenso de las dos mujeres generando debilidad, dolor de cabeza o náuseas, y además habrán de enfrentarse al frío, ya que la cima africana las recibirá con nieve a casi 6.000 metros de altitud.
Moll, que dirige varios proyectos de turismo activo en bicicleta en Asturias, entrenó durante estas semanas en uno de los escenarios de la próxima edición de La Vuelta Ciclista a España, "Les Praeres" (Nava), montaña que reconoce es "una de sus preferidas" desde hace años y que supuso para ella una "subida ideal en la que entrenar por su dureza y longitud".
El ascenso, que comenzará el jueves 28 de junio, lo realizarán cada una en su disciplina -BTT y trail running-, por lo que habrá días en los que una vaya más adelantada que la otra y viceversa, ya que el recorrido "no es ciclable en su totalidad".
"Habrá tramos en los que avanzaremos diferente porque en algunos habré de portear la bici. La historia será hacer cima en ambas vertientes tras dos días de subida, uno de aclimatación y otro final en el que nos levantaremos a la una de la mañana para hacer cumbre de día e iniciar un descenso que nos llevará dos días", concluyó la propia deportista.
El reto, que tiene como objetivo impulsar estas aventuras deportivas como actividad turística en el país, tendrá también un fin solidario y es que tras alcanzar la cima, ambas deportistas pasarán una última jornada en un orfanato de la región adonde llegarán para compartir su experiencia y dotar al centro de libros, bicicletas y ordenadores.