Luis Miguel Pascual
Nimes (Francia), 22 jul .- El papel de favorito es difícil de llevar y el Tour de Francia es en las jornadas de descanso una partida de póquer donde todos ocultan su jugada, sobre todo cuando apenas queda una semana para la resolución y en poco más de dos minutos, cinco ciclistas miran al liderato.
En el ejercicio de comparecer ante los medios, los ciclistas se prestan al juego de atenuar expectativas o a presentarse más fuertes de lo que son, todo con el fin de engañar al rival aunque a la hora de la verdad el asfalto obliga a poner las cartas boca arriba.
En Nimes, sede del segundo día de reposo, no fue una excepción y cada uno se obstinó a mirar de reojo al rival mientras ponía cara de no ser lo hasta ahora ha dejado entrever la carretera.
El líder, el francés Julien Alaphilippe, se sigue aferrando a una pretendida impostura, a que es un ciclista que no está diseñado para subir al cajón más alto del podium de París, que no tiene equipo para defender el maillot amarillo y que si sigue llevándolo es por su obstinación en defenderlo.
"Para mí no es un candidato al Tour", asegura el director de su equipo, Patrick Lefevere, mientras el ciclista del Deceuninck confiesa que su liderato "pende de un hilo".
Pero le cuesta explicar por qué un corredor que no optaba a ganar el Tour se pasó la primavera reconociendo todas las etapas, incluso aquellas alpinas que ahora pondrán a prueba ese amarillo que luce con orgullo y que toda Francia aplaude.
Tampoco Thibaut Pinot quiere ser todavía el favorito para la victoria. El francés, tercero de 2014, se ha mostrado imperial en los Pirineos, donde el resto de los candidatos han cedido ante la potencia de sus pedaladas.
Pero el ganador del Tourmalet y segundo en Prat d'Albis luce en su cuerpo demasiadas cicatrices en carreras de tres semanas como para estar escaldado de toda euforia.
"Aunque muestro cosas buenas no quiero entusiasmarme, porque cada día puede pasar algo. Ya me ha pasado tantas veces, que no quiero soñar. He aprendido a no entusiasmarme. También es una fortaleza saber estar tranquilo", dijo el francés, que hace una semana mostraba un rostro sombrío tras haberse dejado 1.40 en la meta de Albi por culpa de un abanico que le agarró despistado.
Sin esa pérdida, estaría a 10 segundos del maillot amarillo y, por eso, Pinot prefiere esperar y aunque todo el mundo se lame las heridas que les ha infringido en los últimos días, se coloca la careta de la modestia.
El director del Groupama, Marc Madiot, asegura que ganar un Tour es "como hacer un puzzle en el que todas las piezas tienen que estar bien ajustadas" y que relajarse solo puede desajustar el objetivo.
El holandés Seteven Kruijswijk, a quien nadie esperaba en el tercer puesto a falta de una semana para el final, asegura que buscará más no perder tiempo que ganarlo.
Los únicos que en el tablero aseguran llevar buena jugada son los Ineos, aunque el equipo del británico Geraint Thomas, segundo de la general, y del colombiano Egan Bernal, quinto, reconocen que su posición ha empeorado en el paso del pelotón por los Pirineos.
El británico ha mostrado grietas en los dos finales en alto de ese macizo, pero compareció sereno para decir que, frente a los altibajos de otros, su baza es la estabilidad y la constancia.
Thomas ya sabe lo que es ganar el Tour y recuerda ahora que ya el año pasado le auguraron una bajada de régimen en la tercera semana. Pero el año pasado resistió y ahora afirma que también lo hará.
En el equipo aseguran, además, que Bernal está al acecho. El colombiano sigue escudándose en su juventud para no dar rienda suelta a su ambición, aunque buena parte de lo que queda por delante discurra por encima de los 2.000 metros donde él ha crecido y se ha hecho como ciclista y donde a los demás les cuesta un poco más respirar.
Por el momento, el ganador de la pasada Vuelta a Suiza y la París-Niza goza de cierta libertad, no se ve obligado a esperar a Thomas. Pero si el británico falla, se quedará solo ante un destino que todos le auguran brillante y que llegará antes de lo que auguraba la calculadora Ineos.
El director deportivo del equipo, Nicolas Portal, cree que están preparados para asaltar el amarillo y que, cuanto más tiempo puedan jugar con dos bazas, mejor para todos. "El objetivo", asegura el exciclista francés, "es que gane el equipo y todos sabemos que lo ganaremos en equipo".
Pero advierte que solo vale la victoria, porque al Ineos, heredero de Sky, ganador de todos los Tour menos uno desde 2012 con tres ciclistas diferentes, no le sirve el segundo puesto.
"A otros les vale, pero a nosotros solo nos sirve acabar de amarillo en París", señala.