Luis Miguel Pascual
Val Thorens (Francia), 27 jul .- Egan Bernal ha llegado para romperlo todo. Para convertirse en el primer colombiano en ganar el Tour. En el más joven vencedor de los tiempos modernos. En el primer ciclista de la estructura Ineos que gana al ataque.
A falta de que el domingo se dé el perceptivo baño de masas por los Campos Elíseos de París, Egan Bernal se dispone a ser el más joven ganador de la ronda gala desde 1909, el tercero de todos los tiempos, solo superado por hombres que lo hicieron a principios del siglo pasado: Henri Cornet en 1904, con 19 años, proclamado campeón tras la descalificación de cuatro rivales; y el luxemburgués François Faber, que una semana mayor que Bernal cuando ganó en 1909.
Un dato. Cuando Bernal es el maillot amarillo más joven de todos los tiempos, porque nadie a su edad se lo había enfundado antes. Tanto Cornet como Faber ganaron el Tour antes de que se creara la prenda que este año cumple un siglo y a la que los organizadores le rinden homenaje.
Desde entonces, el ciclismo no ha hecho más que profesionalizarse y tras el parón de la Segunda Guerra Mundial solo dos ciclistas han ganado con menos de 23 años: el italiano Felice Gimondi en 1965 y el francés Laurent Fignon en 1983.
La edad ha sido su mejor pantalla para ganar este Tour, el parapeto para evitar la presión, para escudarse tras la experiencia de su compañero Geraint Thomas y aparecer en la recta final de los Alpes para dar el zarpazo final, sin tiempo de reacción a sus rivales.
"Es joven, pero es un ciclista maduro. Lo mira todo, lo ve todo, lo estudia todo", analiza su director deportivo, Nicolas Portal.
A lo largo de la carrera, el equipo Ineos ha tratado de protegerle al máximo. El principal responsable de la estructura británica, Dave Brailsford, le hablaba antes del inicio de cada etapa, de cada rueda de prensa. "Necesita aprender, hay que marcarle el camino", aseguraba en la salida de Saint-Etienne.
Quizá por ello, Bernal ha encajado perfectamente en la cuadriculada estructura del Ineos, una maquinaria que solo vive por y para ganar el Tour.
"Le fichamos pensando en el futuro, queríamos un ciclista de la nueva generación, porque tanto Chris Froome como Geraint Thomas ya son más veteranos", aseguró Brailsford.
El colombiano se va a convertir en el cuarto ciclista que gana la ronda gala con ese equipo, que desde que en 2012 acabó triunfante con Bradley Wiggins solo ha dejado escapar la edición de 2014 y, entre medias, ha sumado cuatro victorias con Froome y la del año pasado con Thomas.
A diferencia de sus antecesores, Bernal lo ha hecho al ataque, por encima de los 2.000 metros, una actitud que pocas veces se ha visto en un equipo acostumbrado más a defender.
El Ineos considera que con Bernal tiene un campeón para tiempo. "Es verdad que es colombiano, que es un escalador excepcional, pero también que no es mal contrarrelojista. Ha mejorado mucho en el posicionamiento encima de la bicicleta. Y en la regularidad. No es el típico escalador que va a tirones", sostiene Portal.
Aunque en la crono de Pau firmó su actuación más decepcionante, ha firmado buenas actuaciones en ese terreno.
"Desde el principio nos sorprendió lo que hace en la bicicleta, pero también su comportamiento para ser un chico tan joven. Escala bien, pero no es un corredor pequeño. Se adapta a todos los terrenos", completa Brailsford.
Bernal rompe también el mapa. Se convierte en el tercer no europeo que vence en el Tour, tras el estadounidense Greg Lemond y el australiano Cadel Evans.
"Colombia es uno de los grandes países del ciclismo y estamos encantados de sumarle a la nómina de vencedores", asegura el director del Tour, Christian Prudhomme, que bajo su mandato ha visto incorporarse al palmarés a un australiano y tres británicos, y que está encantado de que la carrera "se globalice".
Bernal ha triunfado allí donde algunos compatriotas se quedaron en puertas. El más reciente de ellos Rigoberto Urán, segundo en 2017, el mismo escalón del podium que en 2013 y 2015 ocupó Nairo Quintana, que también fue tercero en 2016. Todos ellos tras la estela de Fabio Parra, el primero que pisó el cajón de París en 1988.