Vincenzo Nibali (Bahrain) rompió el anonimato en la última etapa alpina y logró su sexto triunfo en el Tour de Francia, lo que supone para el "Tiburón" un "sentimiento de liberación y una buena revancha".
"Cruzar la línea de meta es un sentimiento de liberación porque los últimos metros no parecen tener fin. La única manera que tenía de poder conseguirlo era atacando de lejos. Teniendo en cuenta la ventaja que teníamos a pie de puerto, pensé que podría lograrlo. Llevo sin ganar desde el año pasado. Es una buena revancha".
Nibali, de 34 años, segundo en el Giro de Italia, admitió haberse presentado en la salida de Bruselas con fatiga, y a las primeras de cambio quedó descolgado en la general. Pensó en la retirada, pero con todas las grandes por etapas en su palmarés decidió quedarse para dejar su sello en el Tour de Francia.
"No fue fácil para mí después del cansancio del Giro de Italia. Intenté luchar por la general, pero exploté. Hubo muchas críticas y pensé en irme a casa, pero luché para honrar el Tour de Francia".
El líder del Bahrain explicó su agonía en solitario camino de la cima de Val Thorens, donde celebró un éxito muy especial, era el sexto en el palmarés del ganador del Tour 2014.
"La subida no terminaba nunca, a pesar de que la etapa era corta. Estaba solo en cabeza y tuve que luchar contra el cansancio y la ambición de los perseguidores. Lo pude conseguir. Para mi toda una liberación".