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La épica victoria de Pogacar tras la aparatosa caída a 50 kilómetros de meta

La épica victoria de Pogacar tras la aparatosa caída a 50 kilómetros de meta.
Periodista deportiva en todas sus formas.

Tadej Pogacar ha conseguido este sábado su triplete en la Strade Bianche, la clásica italiana del 'sterrato', con una auténtica exhibición final. El ciclista esloveno sufrió una caída a 50 kilómetros de meta y tiró de heroica para sacar adelante la carrera para entrar en solitario en Santa Catarina.

Con magulladuras tras rodas por la calzada hasta acabar entre arbustos, despedido varios metros fuera de la carretera, no dudó en retomar su bicicleta y lanzar posteriormente un ataque colosal a menos de 19 kilómetros para superar a Thomas Pidcock y a Tim Wellens, que completaron el podio.

Ni siquiera una caída a falta de 50 kilómetros, cuando junto a los británicos Pidcock y Connor Swift (INEOS) tenía una ventaja de más de un minuto y encaró pasado una curva que le mandó despedido varios metros fuera de la carretera y sufrió magulladuras en varias zonas del cuerpo, pudo frenar su épico final, sonriendo mientras subía la empinada Santa Catalina, ovacionado por un público entregado a la leyenda que, como esperado, pero no por ello menos celebrado, conquistó Siena.

Se levantó rápido tras la caída y cambió de bicicleta para poder continuar en busca de un Pidcock que esquivó por la mínima la caída y rascó unos pocos segundos que, a la postre, fueron inservibles. De hecho no llegaron a pasar ni 5 kilómetros cuando Pogacar se volvió a unir al británico para abrir brecha con el resto, incluido un Swift que se quedó rápido atrás. No se animó el inglés a intentar la aventura en solitario y prefirió reservar fuerzas para una posible gesta en el duelo individual con el rey del ciclismo.

Aguantaron varios kilómetros mano a mano, hasta que a Pogacar se le antojó acabar con la carrera. Un dominio absoluto, casi vergonzoso, que culminó con un ritmo infernal en el Colle Pinzuto, monte de tierra a menos de 20 km de la meta, para hacer sufrir a Pidcock unos pocos metros en los que el británico propuso pelea pero que no pudo sostener ante el intratable tirón del esloveno, maestro absoluto de ataques con el recuerdo del que hizo en 2024 a falta d 80 km.

Fue más cruel este año, quizá condicionado por la caída, porque lo hizo mucho más cerca del final. Dio alas de esperanza a un Pidcock que no pudo hacer mucho más que resistir en la segunda plaza con Wellens recortando por momentos la distancia. Porque mientras se iba alejando cada vez más de Pogacar, más cerca tenía a Wellens, que se colocó a 30 segundos a falta de poco menos de 5 km.

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