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Universitarios fabrican una moto desde cero para competición internacional

Desde cero, como empiezan casi todos los proyectos empresariales e innovadores, un grupo de alumnos de la Universidad de Cantabria (UC) ha fabricado, pese a su inexperiencia profesional, un prototipo de moto que han llevado al circuito de MotorLand Aragón para echarla a rodar en la competición MotoStudent.

El equipo de ocho estudiantes de ingeniería mecánica, denominado MotoStudentUnican, ha desarrollado una moto similar a las de 250 centímetros cúbicos con un motor de combustión y una potencia de 31,3 caballos que puede alcanzar los 140 kilómetros por hora.

Casi dos años de trabajo después, los alumnos llevaron en octubre su proyecto al circuito ubicado en la localidad turolense de Alcañiz, donde tuvieron problemas técnicos en las pruebas previas a la carrera, por lo que finalmente no pudieron correr.

Sin embargo, esta competición, en la que participaron universidades de América y Europa, también valora el desarrollo del proyecto, lo que sirvió al equipo cántabro para escalar posiciones hasta quedar en la mitad de la tabla, un logro que ha contado con la supervisión de los profesores Miguel Iglesias y Pablo García.

En su cuarta participación, García reconoce que la UC ha tenido "altibajos en las pruebas", pero que está muy satisfecha por su resultado en la parte de desarrollo del proyecto y porque es una actividad que fomenta la innovación, el emprendimiento y el trabajo en equipo, puesto que ellos se organizan por su cuenta, como si se tratara de una empresa de reciente creación.

Otro aspecto del proceso que destaca el tutor es el acercamiento a las empresas de la región que conlleva, porque los alumnos tienen que conseguir financiación y parte de las piezas de la moto.

Respecto al ámbito académico, se trata de aplicar los conocimientos y destrezas que han adquirido en su paso por la universidad para demostrar sus aptitudes en el mundo profesional y, así, contar con experiencia antes de finalizar sus estudios.

Dos de los protagonistas de esta experiencia, Alejandro y Antonio, señalan que al ser la UC "una universidad pequeña" han tenido "bastantes complicaciones", sobre todo en cuanto a presupuesto.

"Lo más difícil es cuando ves que no tienes los suficientes apoyos, se te hace cuesta arriba, pero es gratificante ver que consigues sacar el proyecto adelante", ha destacado Alejandro, quien recuerda que se trata de un trabajo de estudiantes que les sirve para estar más preparados en su salida al mundo profesional.

Además, ha agregado que es algo "muy pasional" porque no implica ningún rédito académico ni económico, pero sí que reconoce que es una muy buena experiencia.

"Estar en el circuito me ha encantado, es exactamente igual que las carreras que ves por la televisión, con sus agobios, fallos... Hasta entre los distintos boxes nos ayudábamos", ha subrayado Antonio, quien se quedó sorprendido con el compañerismo vivido durante las pruebas.

Es otra forma de aprender, reconoce, porque cuando se hace un trabajo de equipo en la facultad el fin suele ser aprobar, mientras que en este caso se hace con pasión.

Los dos han coincidido en que esta experiencia tiene su "valor añadido", puesto que "ir a un polígono, presentar el proyecto siendo estudiantes para que nos den un apoyo" les sirve a aprender cómo tratar con las empresas y, por ejemplo, lo han notado en las entrevistas de trabajo posteriores.

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