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El Mazda 3 2019 tiene un problema (y es doble) que no te van a contar

El Mazda 3 llegó a finales del pasado año para revolucionarlo todo. El compacto japonés había dado mucho de qué hablar en los mese previos a su presentación. Motivo había, y el día que se desveló definitivamente no fueron poco los que se quedaron con la boca abierta.

Y ahora que ya han pasado unos mese y que muchos ya lo han probado, la sensaciones siguen siendo las mismas. Un modelo que, por diseño, está muy por delante del resto de compactos de la competencia.

El problema es que, una vez ya se nos ha pasado la sorpresa inicial al verlo y nos ponemos en marcha, surgen dos problemas. Y dos problemas gordos.

Los dos problemas del Mazda 3

El primer de ellos no es otro que el de la habitabilidad. En especial en las plazas traseras. Si bien es cierto que no deja de ser un vehículo compacto, muchos consideran que el espacio para los pasajeros no es precisamente muy amplio. De hecho, es muy probable que toquemos con la cabeza en el techo si medimos 1.85. Algo que no deja en muy buen lugar al Mazda 3.

Sin embargo, el segundo es el que tiene a más de uno en Mazda preocupado. Entre otras cosas porque es su motor. En especial el de gasolina. El SkyActive-G es uno de los propulsores más avanzados tecnológicamente del mercado. Sin embargo, las ganas que han puesto los japoneses por crear un motor de bajo consumo y muy fino hace que no tenga ese ‘punch’ que muchos quieren.

Sus 122 caballos solo se notan a partir de las 6.000 vueltas, así como su par máximo (213) que no lo hace hasta las 4.000. Si nos movemos por nos encontramos a un motor  un tanto flojo.

Un ‘fallo’ que resta puntos a un Mazda 3 que, eso sí, sigue siendo un modelo muy a tener en cuenta. Si lo que buscamos es un coche bonito, dócil, suaves y cómodo, el 3 es ideal. Sin embargo, si buscamos algo con un poco más de garra, deberemos optar por otras opciones.