Los coches con motorización diésel están señalados. Las nuevas normativas han elevado el precio de este combustible casi al nivel del de la gasolina. Ello ha hecho que la adquisición de un diésel haya dejado de ser tan rentable para los consumidores.
Además, las restricciones crecientes que irán teniendo este tipo de modelos hace que los compradores se muestren cada vez más reticentes a acceder a estas variantes. De hecho, algunas marcas han decidido renunciar a las versiones de este tipo.
¿Pero hasta que punto es acertado descartar por decreto comprar un diésel? Hay modelos que incluso es más recomendable hacerse con la variante de este tipo. Así pasa, por ejemplo con el BMW X4. ¿Eres uno de los que duda entre un X4 de gasolina o diésel? Si eres uno de los que se pregunta “¿Cuál me compro?” estás en el sitio acertado. Te revelamos porque es más recomendable la versión diésel.
El BMW X4 gasolina
El modelo gasolina, el BMW X4 2018 xDrive20i, monta bajo el capó un motor de 2.0 litros que ofrece 184 caballos de potencia. Su par máximo es de 290 Nm. Va asociado a un cambio automático de ocho relaciones y a un sistema de tracción integral.
Esto permite al BMW X4 gasolina acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en 8,3 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 215 km/h. Su consumo medio se situá en los 7,1 litros a los 100 km. Su precio: 53.500 €.
El BMW X4 diésel
En cuanto al diésel, el BMW X4 2018 xDrive20d, también lleva un propulsor de 2.0 litros. Aunque ofrece una potencia superior: 190 CV. Su par máximo también sube hasta los 400 Nm. Esto le permite a este BMW acelerar de 0 a 100 km/h en 8 segundos, aunque su velocidad máxima se ve algo mermada. Se queda en 213 km/h.
En cuanto al consumo, arroja una media de 5,4 litros cada 100 km. Su precio: 54.200 €.
En otras palabras, por 700 euros más tendremos un coche más potente y que consume una media de 2 litros menos cada 100 kilómetros. Vamos, que en poco más de 500 kilómetros ya habremos amortizado los 700 euros de más que cuesta la versión diésel.