No es ningún secreto que Seat está llevando a cabo una agresiva propuesta por los SUV. Al fin y al cabo, el fabricante española sabe que este tipo de modelos son los que reinan en el mercado, por lo que luchar contra ello sería dispararse al pie.
De ahí que, tras el exitoso trabajo logrado con el Arona y el Ateca, llegue ahora el Tarraco, el modelo más grande. Un SUV de siete plazas que cierra el círculo. La pregunta que se hacen muchos, sobretodo viendo las diferentes opciones mecánicas que ofrecen en Seat, es ¿diésel o gasolina?. “¿Cuál me compro?” preguntan muchos en las redes. Aquí os damos la respuesta.
Seat Tarraco gasolina VS diésel
En esta comparativa vamos a poner en lucha al modelo que llega con 150 caballos de potencia. En el caso del gasolina se trata de un TSI de 150 CV con sistema de desconexión de cilindros. Por lo que respecta al diésel, un 2.0 TDi.
Si nos centramos en el consumo, obviamente el diésel sale ganando. En conducción por ciudad, el diésel consume 6.8 cada cien por los 8.2 del gasolina. En carretera, 6.0 del diésel y 6.7 del gasolina. Por tanto, de media, los 6.3 litros por cada cien del diésel quedan por debajo de los 7.2 del de gasolina.
En cuanto a las prestaciones, el propulsor de diésel se muestra más dócil, más fino a bajas revoluciones sin dejar de ser potente una vez pisamos el acelerador a fondo. Es por eso que, teniendo en cuenta el gran volumen del coche (algo que en ocasiones hace tira de revoluciones altas) el diésel acaba convirtiéndose en una mejor opción.