La renovación del Audi A1 ya se ha producido y llega con importantes novedades. Los cambios se notan tanto en su exterior como en sus entrañas.
En cuanto a su mecánica, de momento existen dos versiones disponibles. Por un lado, un 1.0 de tres cilindros que otorgará 116 caballos de potencia. El siguiente, un 1.5 con cuatro cilindros y 150 caballos, y uno aún más potente que llegará a los 200 caballos. Una cilindrada, no obstante, que se queda algo corta. Se nota en la capacidad de recuperación.
La gama se completará en los próximos meses con una versión más modesta con un 1.0 litros de 95 caballos y una mucho más deportiva que llegará a los 230 CV.
Todos estos bloques que monta el Audi A1 pueden ir asociados a un cambio manual de seis velocidades, o a uno automático de doble embrague de siete relaciones.
En cuanto a su equipamiento, en su exterior destacan las luces automáticas, faros LED y las llantas de aleación ligera de 16 pulgadas. En su interior encontramos el nuevo tablero Virtual Cockpit de Audi, con una pantalla de 10.25 pulgadas y otra con el info-entretenimiento de 8.8 pulgadas. Incluye radio MMI Plus y cuenta con lo último en conectividad. Es decir, entre otras cosas, podremos sincronizar nuestro Smartphone o estar conectados a internet.
En cuanto a su seguridad, entre otros muchos detalles, cuenta con seis airbags o aviso de cambio de carril.
Los tres problemas del Audi A1
Sin embargo, y aquí encontramos una de las debilidades del Audi A1, sus acabados se perciben de una calidad muy mediocre comparado con la que debería ser en un coche de la marca de los cuatro aros.
Un problema que se ve acentuado con su precio. La gama de acceso cuesta 20.760 euros, pero por este precio son escasos los extras que incluye, que es otro de los inconvenientes del Audi A1 a tener en cuenta. Y es que el modelo base llega muy pelado. Demasiado para un coche que se supone premium.