El problema del Mazda 3 que no te cuentan (y deberías saber si lo vas a comprar)

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A finales del año pasado, Mazda ponía a disposición de los consumidores el nuevo Mazda 3. Un compacto que enamoró a muchos desde el primer momento. Su diseño a primera vista deja indiferentes a muy pocos.

Ahora que han pasado algunos meses, ya son muchos los que lo han probado. Y las sensaciones y reacciones están siendo de lo más positivas. Los japoneses van un paso por delante de la competencia.

Sin embargo, este Mazda 3 cuenta con dos problemas a destacar que cabe tener en cuenta si estás pensando en comprarte uno.

Los dos problemas del Mazda 3

El primero de ellos es el espacio en su interior. Sobre todo si hablamos de los pasajeros traseros. Y es que, para ser un compacto, son muchos los que se han quejado del habitáculo. De hecho, si medimos más de 1,85 es muy posible que toquemos con la cabeza en el techo.

Un motor que deja que desear

El segundo problema tiene que ver con lo que lleva en las entrañas. En concreto, en el motor de gasolina SkyActive-G. Sin duda, estamos hablando de uno de los motores más avanzados del mercado, tecnológicamente hablando.

No obstante, Mazda ha querido hacer de él un bloque de bajo consumo, lo que se traduce en que le falta ese punto de agresividad y deportividad que se espera de un Mazda.

La marca anuncia 122 caballos de potencia, pero estos solo se empiezan a notar en las 6.000 rpm. Con su par motor pasa lo mismo. Los 213 Nm que anuncia Mazda se perciben en las 4.000 vueltas. En otras palabras, es un motor sin la fuerza que se busca en un Mazda.

Dos problemas que hacen que uno se lo piense antes de hacerse con uno. Si buscamos un coche bonito, dócil, suaves y cómodo, el Mazda 3 es el nuestro. Sin embargo, si buscamos algo con un poco más de garra, deberemos seguir buscando en el mercado.