Como viene siendo habitual en los últimos años, las marcas siguen apostando por lo vehículos tipo SUV crossover o todoterreno. La tendencia del mercado es esa y fabricantes como Volvo siguen decididos a luchar por hacerse un hueco entre los más vendidos.
Eso sí, sin olvidar los familiares. Los suecos lo tienen muy complicado teniendo en cuenta que luchan contra marcas premium como Mercedes, Audio BMW. Quizá por ello ponen todo su esfuerzo en crear modelos de primerísimo nivel.
Y el V60 es un claro ejemplo de ello. Hablamos de un familiar de tamaño grande(sin llegar al V90) y con unas prestaciones y equipamiento de esos que no se olvidan. Eso sí, hablamos de un modelo bajo que compite en el terreno casi de las berlinas como el Serie 3 o el A4.
Volvo V60 CC D4
En cuanto al motor, el D4 de 190 caballos es un ejemplo de finura ya garra bien entendida. Suave pero potente cuando es necesario. Uno de esos motores hechos para largas rutas donde la comodidad y el confort priman.
En eso los suecos son de los mejores. De hecho, la tracción total garantiza aún más una conducción más fluida y solvente. Eso sí, no es que sea precisamente un ahorrador. Ni en su precio inicial ni el consumo. Sus 5.9 litros a los cien declarados por la marca parece que se quedan cortos tras unas pruebas.
Sin embargo, el principal problema de este familiar no es otro que su precio. Y es que, por mucho que estemos delante de un vehículo de categoría premium, los más de 50.000 euros que tiene como precio base se antojan demasiados.
Y más si tenemos en cuenta que existe una diferencia de unos 8.000 euros entre él y sus competidores, entre ellos el Audi A4 Avant S-Tronic de 190 caballos. Un ‘pero’ que no es menor teniendo en cuanta que cada vez existen más posibilidades así en el mercado.