Poco a poco el nuevo BMW X5 se va asentando en el mercado. La cuarta generación del SUV alemán de gran tamaño llegó a los concesionarios el pasado mes de diciembre y en su medio año de vida ha sido todo un éxito.
Un modelo que cuenta con un diseño muy atractivo y que ofrece una experiencia de conducción del más alto nivel. Hasta el modelo diésel ofrece deportividad.
En el apartado mecánico, el BMW X5 cuenta con tres variantes distintos. Un motor gasolina y con dos de diésel. De momento, pues no descartan en la compañía germana añadir algún otro propulsor en un futuro no muy lejano.
El gasolina es el xDrive40i, que monta un motor de seis cilindros en línea de 3.0 litros de 340 CV de potencia.
En diésel tenemos el xDrive30d y el M50d. Ambos cubican también 3.0 litros, pero ofrecen distintos niveles de potencia: 265 y 400 CV, respectivamente.
Este último cuenta con cuatro turbocompresores, dos de alta presión y dos de baja. Una tecnología de la que también disfruta el 750d del S7.
En cuanto a equipamiento, el X5 incluye de serie una suspensión adaptativa, que podrá modificarse manual o automáticamente. Además, se puede sumar un sistema de dirección a las cuatro ruedas. Una ayuda muy interesante en la toma de curvas.
En su interior, este BMW X5 rezuma lujo y deportividad por todos lados. Incluye asientos deportivos, cambio automático con convertidor de par Steptronic de ocho velocidades, volante revestido de cuero, alarma, sensores delanteros y traseros de proximidad para ayudar en el aparcamiento, faros antiniebla LED, llantas de aleación de 18”, sistema multimedia con control gestual y la instrumentación digital BMW Live Cockpit Professional. Además, sus barras longitudinales de techo son de aluminio satinado.
Eso sí: su precio es algo elevado. Como muchos BMW, no es apto para todos los bolsillos. El más barato es el BMW X5 xDrive40i (340 CV), que cuesta 72.800 euros. El xDrive30d (265 CV) se puede comprar a partir de 76.000 euros. La gama más alta es el BMW X5 M50d (400 CV), que cuesta unos 111.900 euros.
El detalle que no te cuentan del BMW X5
Pero los precios no son el único detalle a tener en cuenta. Si estás pensando en comprarte uno, debes conocer una opinión que corre como la pólvora entre los consumidores. Esto es que, pese a su comportamiento puramente deportivo y su extraordinaria experiencia de conducción, su dirección deja bastante que desear.
Aun con el sistema de dirección a las cuatro ruedas, no transmite al conductor todo lo que se espera. No se produce esa ‘fusión’ total con el asfalto que sí suelen ofrecer los BMW.