Después de unos meses de haber sido presentado, el BMW Serie 3 goza de muy buena salud. Como cordero en tierra de lobos, esta berlina compite cómodamente en un mercado cada vez más dominado por los SUV.
El sedán germano fue renovado a finales del año pasado, poniendo en serios problemas al Audi A4 y al Mercedes Clase C. Unos cambios que llegaron tanto en su exterior como en su interior, convirtiéndolo en uno de los modelos premium más interesantes del mercado.
En el apartado mecánico, el BMW Serie 3 está disponible en tres versiones gasolina y tres diésel. Entre las primeras contamos con el 320i (184 CV), 330i (258 CV) y 340i (374 CV). La gama diésel la conforman los 318d de 150 CV, 320d de 190 CV y 330d de 265 CV.
Por otro lado, los que prefieran versiones PHEV podrán acceder al 330e. Desarrolla 292 CV y la firma anuncia un consumo de 1,7 l/100.
Por otro lado, el modelo de acceso incluye de serie sistema operativo propio 7.0, las infografías, la manipulación mediante gestos o de forma táctil, o del ya popular mando BMW iDrive. También lleva el sistema BMW Intelligent Personal Assistant, con el que podemos interactuar verbalmente y que aprenderá de nuestros hábitos y necesidades.
Sin embargo, y aquí viene una de las pegas más importantes de este BMW Serie 3, es que si queremos personalizarlo no tendremos otra opción que preparar la cartera. Los extras son realmente caros. Y si ya estamos hablando de un modelo premium cuyo orquilla de precios empieza en los 38.600 euros y llega hasta los 71.200 €, la cosa se va de madre.
Asimismo, la renovación de esta berlina le ha comportado otro problema a destacar. Esto es que ofrece un maletero notablemente inferior al de la versión anterior. Ahora te toca a ti decidir si te sigue interesando hacerte con uno.