En Renault tienen en su Captur una de sus mejores armas para seguir sumando adeptos en el segmento de los SUV. El modelo cumple con lo que muchos están buscando en estos momentos: un tamaño que permite una conducción ágil por ciudad y sin problemas por carretera, un diseño atrevido, una gama mecánica con motores híbridos y mucha tecnología.
Es evidente que la marca francesa ha dado un paso adelante muy importante en esta nueva generación del Captur. Ya no es el pequeño SUV que competía con modelos como el Seat Arona o el Peugeot 2008. Es un SUV compacto al que no le falta de nada. O casi de nada.
El defecto del Renault Captur
Si tu idea es hacerte con uno de ellos, seguramente ya habrás visto que es modelo al que cuesta encontrarle algún fallo. Tanto el precio como la potencia de sus motores, el equipamiento y la tecnología están a la altura de modelos top.
Sin embargo, llama especialmente la atención un detalle en las versiones híbridas. Y es que el Captur sigue contando con frenos de tambor en su eje trasero. Algo que, si bien es cierto que puede entenderse en las versiones más básicas con poca potencia, no en las altas.
Contar con una mecánica híbrida que acaba brindando 160 caballos de potencia y que ésta tenga frenos de tambor en su parte trasera no es algo que, al menos a priori, juegue a favor de este Captur. La idea es poder ofrecer un precio final muy competitivo, pero un elemento de seguridad como son los frenos no debería ser un terreno abonado al ‘ahorro’.
Eso sí, cuesta encontrar otro pero a un SUV que, desde luego, en esta última generación, va a conseguir consolidarse en nuestro mercado. Y con motivo.