BMW siempre se ha caracterizado por ser una marca premium en mayúsculas. Una marca premium que, evidentemente, ha intentado cubrir el mayor rango de mercado posible.
Hasta hace apenas unos años, las variantes de BMW se centraban en los motores de gasolina de mayor o menor potencia así como los diésel. Sin embargo, desde la entrada de los motores híbridos, híbridos enchufables y eléctricos, el abanico de posibilidades de BMW se ha ampliado mucho.
En este sentido, la entrada en vigor de las nuevas homologaciones con el ciclo WLTP han obligado a todos los fabricantes a homologar, evidentemente, todos su modelos y adecuarlos a esta normativa.
En BMW toman una decisión drástica
Eso ha provocado que muchos de los modelos de BMW tengan infinidad de posibilidades en cuanto a sus mecánicas y a ciertos componentes. Un buen ejemplo de ello es la nueva Serie 3.
Un modelo que, en su versión berlina, puede llegar a tener ni más ni menos que 26 configuraciones diferentes de motor, transmisión y tracción. Una cifra, evidentemente, demasiado elevada.
Es por eso que en la marca germana sean propuesta aplicar un recorte en este sentido en muchos de sus modelos. No ha sido otro que Oliver Zipse, ni más ni menos que el CEO de BMW, el que ha dejado claras cuáles son las intenciones de la marca de cara a un futuro cercano.
“Queremos menos complejidad, con menos variantes y menos sistemas de propulsión. Solo conservaremos los sistemas de propulsión para los que existe una demanda real: aproximadamente la mitad de la oferta actual ya no existirá en 2025”, apuntó recientemente en unas declaraciones Zipse.
Así, queda más que claro que en los próximos años serán muchas las opciones mecánicas dentro del enorme catálogo de BMW y sus muchos modelos las que desaparecerán del mercado. Una decisión sin precedentes que, eso sí, seguro que acabará dando sus frutos. Que una marca top como BMW opte por una estrategia así no es fruto precisamente de la improvisación.
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