El Volkswagen ID.3 será sometido a un lavado de cara prematuro. Y ojo, porque podría no ser el único modelo de la firma alemana que cambiará en los próximos meses antes de tiempo. El motivo: la oleada de críticas que ha recibido uno de los aspectos del compacto eléctrico alemán.
Cuando Volkswagen se puso manos a la obra con su nueva gama de coches eléctricos, uno de sus objetivos pasaba por ser competitivos económicamente. Es decir, trabajarían para poder ofrecer modelos electrificados a precios aceptables, huyendo de las altas cantidades que piden muchas firmas por sus unidades sostenibles.
Pero claro, por algún lado había que recortar. Y VW decidió hacerlo donde menos lo notaban los ciudadanos de a pie, pero que decepcionaba en gran medida a los propietarios: en su interior. Así, Volkswagen creó un modelo muy atractivo por fuera que inevitablemente llamaba la atención de compradores potenciales, pero con calidad inferior por dentro, algo que los propietarios descubrían cuando ya habían hecho la compra. Una estrategia redonda.
No obstante, son muchos los que se han quejado de la calidad de algunos acabados, lo que ha llevado a la marca germana a poner en marcha un face lift que no cambiará el aspecto, pero si mejorará la calidad de los detalles de su habitáculo, poniéndolo a la altura que merece.
Una estrategia que todo apunta a que seguirán con el ID.4, que padece el mismo problema. Es muy bonito por fuera, decepciona en su interior.
Eso sí: como siempre suele ocurrir en estas ocasiones, el coste de las mejoras no las pagará Volkswagen, sino que repercutirán en el consumidor final. Está por ver hasta dónde llegan los nuevos precios. Lo sabremos cuando llegue al mercado, aunque de momento se desconoce la fecha de su aparición.