Skoda siempre se ha caracterizado por ser un fabricante en el que el equilibrio ha sido su mejor arma. El equilibrio en cuestiones como diseño, prestaciones y, sobre todo, la relación entre la calidad de sus modelos y sus precios.
De la mano de Volkswagen, los checos han ido creciendo poco a poco en nuestro país hasta ser ya una de las firmas consolidadas. Si bien es cierto que están por detrás en cuanto a ventas de sus hermanos Volkswagen y Seat, Skoda tiene varios modelos muy atractivos en su catálogo.
Uno de ellos se ha renovado recientemente, el Fabia, un utilitario que comparte muchas cosas con modelos del grupo como el Seat Ibiza o el Volkswagen Polo y que, como bien saben en el fabricante, acabará siendo determinante en cuanto a ventas en este año entrante.
Un Skoda Fabia que ha estrenado diseño, mucho más agresivo y deportivo que el de anteriores generaciones y que sigue los pasos de otros modelos de la firma. También ha dado un importante paso adelante en materia de tecnología y conectividad.
Sin embargo, el único ‘pero’ que tiene este modelo es uno de sus motores, el de acceso. No es que sea un secreto que Skoda, consciente de que el Fabia es un modelo destinado a un uso habitualmente urbano, lo ha dotado con una gama de motores sencillos.
En este sentido, el más básico de todos es un 1.0 MPI de 80 caballos que, por mucho que en ciudad se muestre más que correcto y no se necesite más, es cuando nos alejamos de las urbes cuando sufre.
Es lógico teniendo en cuenta su potencia, que provoca que en según qué situaciones en autopista o carretera se note su falta de brío. Además, el hecho de no contar con una sexta marcha no le ayuda en cuanto a consumo precisamente.
Se trata de un motor para los que buscan el gasto mínimo en este nuevo Fabia. Eso sí, un escalón por encima ya aparece el 1.0 TSI de 95 caballos con el que este pequeño ‘pero’ desaparece. Un esfuerzo económico que vale la pena hacer para disfrutar al cien por cien de este nuevo Fabia.