Una de las fórmulas que muchas marcas han encontrado para dar un impulso a las ventas de sus vehículos consiste en convertir modelos tradicionales en crossovers. Y una de las que ha tomado este camino es Ford.
La firma norteamericana ha creado toda una gama de modelos crossoverizados. Son los que llevan el apellido Active. Y uno de los más exitosos es el Ford Fiesta, un modelo que triunfó en los años 80 y que ahora también lo hace en su versión Active, la versión crossover del Fiesta convencional, con un aspecto más campero, una altura al suelo más elevada y con molduras de plástico en laterales y pasos de rueda.
El Fiesta Active mide 4.068 mm de largo, 1.509 mm de alto y 1.735 mm de ancho, dejando una distancia de batalla de 2.493 mm y un maletero de 292 litros, ampliables hasta los 1.093 l. Además, es más cómodo en su interior y en su acceso. Y todo ello viene sazonado con unas suspensiones de mayor recorrido no estropean su excelente comportamiento en carretera y la diferencia de precio es pequeña.
En su versión de acceso, el Fiesta Active se configura con un bloque de gasolina 1.0 EcoBoost que desarrolla 125 CV de potencia y 210 Nm de par máximo, y que esta asistido por un sistema MHEV. Se asocia a un sistema de tracción delantera y a un cambio de marchas manual. Y gracias a ello consigue una velocidad máxima de 200 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 9,4 segundos, con un consumo medio de 5,1 litros cada 100 km.
En equipamiento incluye el acabado Active. Este incluye de serie, entre otros detalles:
Y atención al precio. Porque el Fiesta Active tiene una tarifa oficial de acceso de 22.395,36 euros. Sin embargo, la firma lo anuncia en su página web por 18.088 euros, lo que supone un ahorro de 4.307 euros y un precio muy competitivo respecto a sus rivales. El Toyota Yaris Cross, por ejemplo, arranca en los 22.000 € para una versión de 116 CV de potencia.
No Wei poes está de su puta madre o está de poca madre