A pesar de que muchas instituciones animan a los conductores a pasarse a la movilidad eléctrica, parece que el mercado está empeñado en alejarlos a todos de esta idea. Y es que después de varios años en los que los precios de las baterías han ido a la baja, han empezado a subir. Y parece que la cosa no se quedará en una pequeña subida esporádica.
Malas noticias para Tesla y otros fabricantes de coches eléctricos, así como para los conductores que pensaban pasarse a la movilidad eléctrica a corto plazo. Después de 12 años en los que los precios de las baterías han ido bajando a medida que aumentaba su producción, en 2022 se han incrementado en un 7%, tal y como señala un informe de BloombergNEF.
Una subida en la que ha tenido que ver la inflación, el aumento de las materias primas, la subida en el combustible y, por tanto, en el transporte, etc. Vamos, los mismos elementos que han elevado los precios de los coches.
“Los aumentos en los precios de las materias primas y los componentes han sido los principales contribuyentes a los precios más altos de las celdas observados en 2022”, señala Evelina Stoikou, autora del informe. “En medio de este aumento de precios para los metales de las baterías, los grandes fabricantes de baterías y los fabricantes de automóviles han recurrido a estrategias más agresivas para protegerse contra la volatilidad, incluidas las inversiones directas en proyectos de minería y refinación”, añade.
Llegados a este punto, cabe destacar que las celdas LFP venían siendo un 20% más baratas que las de litio, níquel, manganeso y óxido de cobalto. No obstante, las baterías LFP han subido en un 27% este año.
Así las cosas, las baterías se sitúan ahora en un precio de medio de 151 dólares/kWh. Un precio que irá subiendo en los próximos meses y que, presumiblemente, no volverá a bajar hasta 2024, según las previsiones de Bloomberg NEF. Es cuando se espera que bajen los precios de materias primas como el litio, el níquel y el cobalto. Concretamente, se espera que en 2023 el precio sea de unos 152 dólares/kWh, pero que en 2026 baje de los 100 dólares/kWh.
“A pesar de un retroceso en la caída de los precios, la demanda de baterías sigue alcanzando nuevos récords cada año. La demanda alcanzará los 603 GWh en 2022, que es casi el doble que en 2021”, señala Yayoi Sekine, director de almacenamiento de energía de BNEF. “Incrementar la oferta a esa tasa de crecimiento es un verdadero desafío para la industria, pero la inversión en el sector también está aumentando rápidamente y la innovación tecnológica no se está desacelerando”, añade.