En la actualidad, los conductores están más preocupados por el precio de la gasolina que por cualquier otra cosa. Con la inflación cada vez más alta, encontrar la gasolina más barata se ha convertido en una necesidad para muchos. Es por eso que la gasolina low cost ha ganado popularidad entre los conductores, aunque todavía hay algunos escépticos que se preguntan sobre su fiabilidad.
Cabe decir que la gasolina low cost no es perjudicial para el motor. En este sentido, todos los carburantes que se venden en España pasan por los mismos controles de calidad. Pero la cosa cambia cuando se vende a las petroleras. Cada una añade los aditivos que considera. Y eso es lo que hace que sea más o menos barata.
Aunque la gasolina low cost no sea perjudicial para nuestro coche, no es de la misma calidad que otras que podemos encontrar en las áreas de servicio. Según cuentan desde Repsol, la calidad entre estos carburantes no es la misma debido a los aditivos que se usan.
Por su parte, la empresa Exolum es la encargada de la logística y del aseguramiento de una calidad mínima. Sin embargo, cada mayorista compra ese carburante para añadirle los aditivos que consideren mejores para el motor de los vehículos. Y ahí es donde aparece la diferencia entre los de unos y otros.
Algunos de los aditivos que pueden tener los combustibles de marcas premium son aquellos con propiedades antióxido y detergente. Estos minimizan la aparición de depósitos internos y protegen frente a la corrosión a los inyectores y otros componentes del motor. Por lo tanto, permiten optimizar el consumo de combustible y beneficiar al motor.
Mientras tanto, la gasolina y el diésel de las gasolineras low-cost son más económicos porque no cuentan con este tipo de aditivos. No quiere decir que dañe el motor, pero no funciona en su rango óptimo de trabajo. Ello provoca que, entre otras cosas, el depósito no dure tanto a la larga como si lo llenamos de carburantes de mayor calidad.
Además de esta razón, hay que subrayar que las gasolineras low cost recortan también en los servicios que ofrecen a los usuarios. Recortan en personal y, habitualmente, sin autoservicio, por lo que así pueden contener bastante los gastos y servir la gasolina o el diésel mucho más baratos.